El papa emérito Benedicto XVI vivió en su juventud un amor «muy serio» que hizo difícil su «opción por el celibato» y el sacerdocio, contó el autor de un libro de entrevistas con Joseph Ratzinger que se publicará el viernes.
«Sí, tuvo un amor durante sus estudios que fue muy serio», explica Peter Seewald en una entrevista concedida al semanario alemán Die Zeit, en su edición del jueves a la que la AFP tuvo acceso este miércoles.
Sin embargo, este episodio amoroso no figura en el libro de entrevistas con Benedicto XVI, titulado «Conversaciones finales«, que se conocerá el viernes en el mundo entero y en varias lenguas, precisa Die Zeit.
Este amor «le causó mucho tormento. Tras la (Segunda) Guerra (Mundial), por primera vez hubo chicas estudiantes. Él era realmente alguien muy elegante, un joven apuesto, un esteta que escribía poemas y leía a (el premio Nobel de literatura alemán) Hermann Hesse», continúa Seewald, sin aclarar si la relación fue platónica o no.
«Uno de sus compañeros de estudios me contó que (Joseph Ratzinger) impresionaba a las mujeres -y viceversa. Decidirse por el celibato no fue algo fácil para él», afirma el periodista, quien no da ninguna otra indicación sobre quién fue este amor de juventud.
A comienzos de este año, la BBC ya había difundido un reportaje, basado en más de 350 cartas, en el que se sostenía que Juan Pablo II, a quien Benedicto XVI sucedió en 2005, había vivido una amistad «intensa» durante treinta años con una filósofa casada, Anna-Teresa Tymieniecka.
Seewald, autor de varios libro sobre el primer papa que renunció a sus pontificado en siete siglos, destila en esta entrevista con el semanario alemán algunos detalles sobre su persona, como que es «adicto a la información», que le gusta ver los telenoticieros italianos todas las noches, y que es aficionado en particular a los filmes de la serie «Don Camilo y Pepón».
Según el diario Corriere della Sera, la obra también confirma la impresión de que Ratzinger, de temperamento tan reservado, no se sentía capaz de dirigir a los 1.200 millones de católicos (que hay en el mundo) y a una Iglesia sacudida por las luchas intestinas y los escándalos, como el de los sacerdotes pedófilos.
De 89 años de edad, Benedicto XVI se recluyó tras su renuncia en 2013 en un monasterio en el Vaticano, y sólo hace muy esporádicas apariciones públicas.