Yasmin es una niña siria, estuvo bajo el cautiverio del Estado Islámico desde el 3 de agosto de 2014, cuando ISIS llegó a donde ella vivía, una región al norte de Iraq llamada Sinjar. La menor se quemó viva para evitar seguir siendo violada por los soldados del EI.
El modus operandi del Estado Islámico cuando invaden una ciudad, es asesinar a los hombres y apresar a mujeres y niños. Actualmente, aproximadamente 3.200 personas continúan bajo cautiverio en Syria.
En el caso de Yasmin, ella fue violada múltiples veces mientras estaba bajo el poder de ISIS, pero ella logró escapar y actualmente vive en un área de refugiados en Alemania.
Debido al trauma que generaron las constantes violaciones en la menor, esta tenía ataques de pánico frecuentemente. Ella lloraba constantemente y estaba aterrada a cada momento.
Lo que sucedió en el momento que ella decidió quemarse viva fue porque en un ataque creyó oír voces de soldados de ISIS a su alrededor, y ella misma describe lo aterrada que estaba al pensar que tal vez tendría que vivir la horrible experiencia de ser violada otra vez.
En medio de su desesperación se bañó en gasolina y encendió un fósforo, quemándose viva. Aunque Yasmin no cuenta exactamente lo que sucedió mientras estaba en cautiverio, como la mayoría de las mujeres refugiadas; es fácil de entender la magnitud de sus memorias.
Ahora Yasmin vive en una casa familiar con sus padres, su hermana y sus dos hermanos. Está recibiendo terapia psiquiátrica con especialistas para tratar sus heridas emocionales y se ha sometido a 15 cirugías para sanar sus heridas físicas, heridas que la dejaron desfigurada.