Fuertes réplicas afectaron el viernes dos accesos cruciales a Amatrice, una de las localidades de Italia más afectadas por el sismo de hace dos días, y amenazan con dejar aislado al pequeño poblado ubicado en lo alto de una colina mientras se disipan las esperanzas de que los bomberos puedan hallar más sobrevivientes.
Además, está previsto que durante la jornada se celebren los primeros funerales para algunas de las 267 víctimas mortales.
Algunos de los maltrechos edificios de la golpeada Amatrice mostraban nuevas grietas tras la réplica más fuerte, registrada a las 06:28 de la mañana. El Servicio Geológico de Estados Unidos estimó su magnitud en 4,7, mientras que el Instituto Italiano de Geofísica lo registró como 4,8.
Los temblores dañaron un puente clave de acceso a Amatrice, lo que obligó a los equipos de emergencia a cerrarlo y complicó aún más el tráfico a la ciudad. Las autoridades de protección civil trabajaban para buscar rutas alternativas, ya que el puente es crucial para la entrada y salida de equipos de emergencia.
El alcalde de Amatrice, Sergio Pirozzi, dijo el viernes que está trabajando con las autoridades para hallar rutas alternativas para rodear los puentes dañados.
Incluso antes de que cerraran los puentes, el tráfico para entrar o salir a la localidad era terrible, con vehículos de emergencias llevando y trayendo personal y sacando toneladas de escombros.
La fuerte réplica del viernes en la mañana se vio precedida por más de 50 más débiles durante la noche y otras nueve se registraron en la hora siguiente. Casi 1.000 réplicas han remecido la zona central de Italia en la cordillera de los Apeninos en los dos días desde el gran sismo del miércoles.
El primer ministro Matteo Renzi declaró estado de emergencia y autorizó la entrega de 50 millones de euros para ayuda inmediata.
Las labores de rescate continuaron durante la noche, pero ya había pasado más de un día y medio después de que se rescatara a una última persona con vida. Aunque Renzi celebró que 215 personas fueron rescatadas, las autoridades de protección civil iban informando de un creciente número de víctimas mortales, que el viernes llegó a 267 personas.
Sin embargo, la responsable de las operaciones de protección civil, Immacolata Postiglione, insistió en que los trabajos de rescate continúan a pleno ritmo y siguen centrados en el rescate. Los rescatistas han señalado que tras el terremoto en L’Aquila de 2009, una persona fue recuperada con vida tras 72 horas, o tres días completos.
«Confirmo, una vez más como hemos hecho desde el principio, que las unidades que están haciendo búsqueda y rescate, incluyendo con perros que buscan a otras personas atrapadas entre los escombros, están plenamente activas», dijo en la sesión informativa de la agencia el viernes por la mañana.
Sobre el terreno las autoridades trataban de localizar a todos los desaparecidos, aunque el número de personas que siguen en paradero desconocido es incierto porque muchos visitantes acudieron a la zona por las vacaciones de verano y un festival anual de comida.
«Todavía hay esperanza de encontrar sobrevivientes bajo los escombros, incluso a estas horas», dijo el viernes Walter Milan, rescatista de montaña, aunque admitió que «Desde luego, será muy improbable».
La gran mayoría de los muertos se encontraron en Amatrice, una ciudad medieval sobre una colina famosa por una salsa para pasta y que se vio devastada por el sismo. Los otros muertos se encontraron en la cercana Accumoli y Arcquarta del Tronto.
Las banderas ondearán a media asta el sábado en todos los edificios oficiales, y un obispo oficiará un funeral de estado en un gimnasio de Ascoli Piceno para las víctimas de la cercana Arquata del Tronto. Por el momento, 49 de los muertos procedían de la pequeña localidad y su aldea cercana, Pescara del Tronto.
El viernes se comenzaban a realizar los primeros funerales de las 267 personas que fallecieron por el sismo.
Un funeral se realizará en Pomezia para dos mujeres y sus nietas, y para otras tres personas. Un colaborador del papa Francisco, el obispo Marcello Semeraro, pronunciará la misa.
El sábado se realizará un funeral de estado para las víctimas de Arquata donde perecieron 49 personas. Además, el próximo miércoles habrá un servicio para los poblados más castigados de Amatrice y Accumoli.
En toda la zona, miles de personas se vieron obligadas a dejar sus viviendas porque estaban destruidas o se consideraron inseguras. Unas 2.100 personas pasaron la noche en campamentos con carpas, casi mil personas más que la primera noche, en un indicio de que un número significativo de personas no ha encontrado ningún otro sitio al que ir.
«No tengo ni idea de qué voy a hacer ahora, porque había reformado la casa hace dos años», comentó el sobreviviente Umberto Palaferri, mostrando en su celular una foto de su casa derrumbada. «Estaba todo nuevo, y ahora no sé qué hacer. Tengo 76 años y no sé si puedo reconstruirla».