El Gobierno de México ha asumido compromisos para cooperar con organismos internacionales y multilaterales de ayuda a migrantes y combate al tráfico de armas, en reuniones sostenidas en Ginebra por la canciller Claudia Ruiz, informó la secretaría de Relaciones Exteriores.
La jefa de la diplomacia mexicana se reunió con el presidente del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), Peter Maurer, para explorar «nuevas formas de cooperación en materia de promoción del derecho internacional humanitario y de los derechos humanos», en el marco de los acuerdos de la Cumbre Mundial Humanitaria, celebrada en Estambul, en mayo de este 2016.
La embajadora también se comprometió a colaborar con el director general de la OIM, William Swing que está en proceso de incorporarse a la ONU, para «coordinar más eficazmente los esfuerzos multilaterales para la protección de los migrantes«.
Ruiz y Swing se comprometieron a colaborar en la próxima negociación en la ONU de «un acuerdo para lograr una migración segura, ordenada y regulada». Asimismo, la canciller mexicana se comprometió con el titular de ACNUR, Filippo Grandi, a desarrollar «capacidades institucionales y de protección de refugiados». Grandi y Ruiz analizaron la situación humanitaria de los refugiados y desplazados en el mundo y procedentes de Centroamérica, con vistas a la cumbre sobre la situación global de los refugiados, programada para el 20 septiembre de este año en Nueva York.
De 2013 a 2015 se incrementó en más de 150% la migración de centroamericanos a México y cada vez llegan más africanos, haitianos, asiáticos y cubanos, indican cifras oficiales. En lo que va del Gobierno de Enrique Peña, que inició en diciembre de 2012, han sido deportados alrededor de 500.000 migrantes, de ellos 300.000 han pasado por la estación migratoria de Tapachula, ciudad fronteriza con Guatemala, y las organizaciones defensoras de los derechos de los migrantes acusan a México de hacer en «trabajo sucio» para impedir su llegada a la frontera con EEUU.