Empleando escobas y sus propias manos, soldados y vecinos de una antigua ciudad de Mianmar, sudeste asiático, famosa por sus históricas pagodas budistas empezaron a despejar el jueves los escombros provocados por un fuerte terremoto de 6.8 de magnitud que sacudió la región el día anterior y dañó casi 200 templos.
Al menos cuatro personas murieron y hasta 185 pagodas de ladrillo sufrieron daños en Bagan tras un temblor de magnitud 6,8 que golpeó la zona el miércoles. El sismo tuvo su centro unos 25 kilómetros (15 millas) al oeste de Chauk, justo al sur de Bagan.
Bagan, también conocida como Pagan, es uno de los destinos turísticos más señalados de Mianmar y atrae visitantes de todo el mundo. Los turistas disfrutan de un paisaje de templos que se extiende por el horizonte, flanqueados por el río Irrawaddy.
En la ciudad hay más de 2.200 estructuras, incluidos pagodas y templos construidos entre el siglo X y el XIV. Muchas necesitan reparaciones, mientras que otras se han restaurado en los últimos años con ayuda de la UNESCO, la agencia cultural de la ONU.
Zaw Naing, cuidador de una de las pagodas de la ciudad, que pinta y vende sus obras a turistas, dijo estar triste por los daños pero también preocupado porque el temblor pudiera poner en peligro la forma de vida de muchos de los habitantes de la zona.
«Estoy muy preocupado… habrá menos turistas en Bagan», dijo Zaw Naing. «Tengo tres hijos que mantener».
Mientras tanto, soldados y vecinos que trabajan en la zona recogían ladrillos rojos rotos con las manos desnudas y los cargaban en sacos. Otros barrían los caminos a los templos, que se vieron envueltos en enormes nubes de polvo cuando se produjo el sismo. Las emblemáticas cúpulas situadas sobre algunas pagodas se habían derrumbado.
Las autoridades locales también inspeccionaban la zona y celebraban reuniones sobre los daños.