La polémica suscitada por la prohibición del burkini en algunas localidades franceses contribuyó a aumentar las ventas de esta prenda de baño islámica, afirmó el martes su creadora australiana, Aheada Zanetti.
«Es una locura», declaró Zanetti a la AFP.
«El domingo, recibimos 60 pedidos en línea, todos de personas no musulmanas», agregó la creadora de Sídney, de 48 años, quin afirmó que normalmente recibe entre 10 y 12 pedidos un domingo.
Zanetti dijo que no podía precisar el número de pedidos que se hicieron durante la semana pasada, pero afirmó que había recibido numerosos mensajes de apoyo desde que varios municipios del litoral francés decidieran vetar este traje en las playas.
La semana pasada, el primer ministro francés, Manuel Valls, dio su apoyo a los alcaldes, mayoritariamente de derecha, que emitieron las órdenes de prohibición.
Zanetti, de origen libanés, explicó que había diseñado el burkini hace más de 10 años en Sídney, concibiéndolo como un útil de integración para que las mujeres musulmanas practicantes pudieran disfrutar plenamente de los placeres de la playa.
«Numerosas personas que me escribieron eran mujeres que habían tenido cáncer de pecho y que me explicaban que siempre habían buscado algo así», señaló Zanetti.
Existen varios fabricantes de bañadores islámicos, pero Zanetti registró las marcas «burkini» y «burqini» (contracción de burka y bikini). La diseñadora asegura que fue la primera en elaborar un traje de dos piezas capaz de cubrir la cabeza de manera integral.