Una estatua de Donald Trump desnudo, con un abultado abdomen y un trabajado cabello amarillo, causó risas y atrajo a decenas de curiosos el jueves en Nueva York, hasta que fue destruida por las autoridades.
Con las manos cruzadas sobre la barriga en la que se traslucen sus venas, la escultura fue develada en Union Square, Manhattan. La figura del magnate tenía la mirada en dirección a la concurrida calle y una placa que decía «El emperador no tiene bolas», contó una testigo.
El colectivo anarquista Indecline, con sede en California (oeste), divulgó un video en su página web mostrando la elaboración de cinco estatuas idénticas del candidato presidencial republicano, que fueron colocadas además en San Francisco, Los Ángeles, Cleveland y Seattle.
Dos empleados del departamento de Parques de Nueva York arrancaron la estatua de los pies y luego usaron palas para destruirlos así como el pedestal.
El departamento de Parques de Nueva York «sacó la escultura», dijo el portavoz de la entidad a la AFP. «La instalación de cualquier estructura o trabajo de arte no aprobado es ilegal en los parques de la ciudad».
Durante la mañana, los transeúntes posaron para fotografías, selfies o riéndose de la estatua poco favorecedora de Trump.
«Fue divertido. Todo el mundo estaba riéndose y tomando fotos», dijo Rahshawn Gilmore, de 22 años y quien trabaja en una tienda cercana.
Para este joven la estatua no tenía nada de ofensivo, aunque admitió que algunos podrían pensar diferente, dado que había niños cerca.
«Estaba bien hecha, porque a ellos (los empleados) les dio mucho trabajo sacarla», dijo riendo Glimore.
Peri Fisher, de 48 años y que trabaja en una compañía de electrónica, lamentó que la quitaran. «Es una figura pública, las figuras públicas pueden ser objeto de burla. Fue una broma. Es parte del estilo de vida estadounidense», expresó.