Este miércoles se llevó a cabo el inicio de juicio en contra de Nicolás Antonio Navas, acusado por homicidio en perjuicio del vigilante Marlon González de 40 años, hecho sucedido el 2 de julio en un bar-karaoke-discoteca de Managua.
La Defensa, Ruby Lacayo, hizo el intento de que el tipo penal fuera cambiado y que el proceso se siguiera en un juzgado local y no de distrito, aduciendo que el día de los hechos su representado actuó de manera imprudente y no dolo, exponiendo que el hombre hizo solo disparos al aire por que lo agredían.
Pero aún así el exceder con sacar un arma y hacer disparos, eso va mas allá de la imprudencia, eso es una actuación con dolo y premeditación, alegó la Fiscal Auxiliar del Ministerio Público, Ligia Velásquez.
El Juez Quinto Distrito Penal de Juicio no dio a lugar a la petición y de esta manera arrancó el primer día de juicio.
El primer testigo fue la esposa de la víctima, quien testificó que con la muerte de su esposo su mundo se le vino abajo. «Y yo me pongo a pensar: ‘ideay ya se murió él, quedé en el aire’. Mis hijas están estudiando, la pequeña lo ha tomado como con rebeldía, todo le molesta, no quiere nada, hasta ya me dijeron que la llevara un psicólogo. Mi hija grande es solo llorar», afirmó entre lágrimas Eveling Zamora, viuda.
Muy firme la abogada del procesado dijo que demostraría que la bala que mató al vigilante no pertenece al arma de su representado, pero sus expectativas son muchas y la realidad es otra, porque hay dos testigos oculares que reconocen claramente al procesado como única persona que repartía disparos para luego darse a la fuga esa madrugada.
El procesado renunció a ser juzgado por un jurado de conciencia ante el juez Pedro Silva Chamorro.
Otros testigos fueron agentes de la brigada Los Dantos.
Se mostraría como evidencia el arma pero por equivocación no fue enviada en el paquete y ante la ausencia de más testigos, como médicos forenses, se reprogramó el juicio para el 29 de agosto a las 10 am.