El descubrimiento representa un nuevo objetivo farmacológico y puede poner inicio a la reevaluación de los existentes métodos de tratamiento contra el VIH, aumentando su eficacia, así como a la creación de nuevos medicamentos antivirales.
Científicos del Laboratorio de Biología Molecular del Medical Research Council (MRC) en Cambridge y del University College de Londres han descubierto que para infectar las células sanas y al mismo tiempo evitar ser detectado por el sistema inmunológico, el VIH ‘se esconde’ en la cápside, una capa protectora proteica que rodea el virus.
Siendo de la familia de los retrovirus, el VIH copia su genoma de ARN al ADN para multiplicarse e infectar células. Hasta el momento se desconocía cómo el virus adquiere los nucleótidos, componentes de su material genético esenciales para la replicación, y cómo evita la detección por los sistemas defensivos de las células.
Al discernir la estructura atómica de la cápside y crear modelos mutantes de los virus del VIH para analizar alteraciones en el proceso de la infección, los investigadores descubrieron que los poros de la cápside succionan nucleótidos a una velocidad grande, mientras que otras moléculas, incluso las que detectan el ADN ajeno, quedan fuera.
Tras identificar los poros de la cápside, los científicos desarrollaron una molécula inhibidora para bloquearlos, llamada hexacarboxybenzene. Una vez bloqueados los poros, el VIH-1 dejó de ser infeccioso y ya no pudo replicarse.
«Antes pensábamos que la cápside se apartaba cuando el virus entraba en la célula, pero ahora nos enteramos de que la cápside protege al virus de nuestro sistema inmunológico», ha comentado uno de los autores principales del estudio, publicado en la revista Nature, Leo James. Pese a que el hexacarboxybenzene no puede atravesar la membrana de células humanas para acceder al virus, los investigadores sostienen que se puede elaborar nuevos fármacos con propiedades similares, que podrían resolver este problema en el futuro.