Estudian posible caso de envenenamiento en Wimbledon

Detectives investigan acusaciones sobre el posible envenenamiento de una tenista británica en el torneo de Wimbledon, tras caer enferma por una infección bacterial que puede transmitirse a través de orina de rata, informó el jueves la policía metropolitana de Londres.

Gabriella Taylor competía en el torneo junior cuando cayó enferma el pasado 6 de julio y tuvo que retirarse. Su madre, Milena Taylor, dijo que la joven de 18 años fue hospitalizada en la unidad de cuidados intensivos y diagnosticada con leptospirosis, una infección bacterial contagiada por animales.

Milena Taylor declaró al periódico Daily Telegraph que «la bacteria que encontró el equipo de infecciones es tan rara en Gran Bretaña que pensamos que esto podría no ser un accidente». Dijo que Gabrielle «permanecía en un ambiente completamente sano» durante el torneo y no sería probable que de manera accidental quedara expuesta a la bacteria.

La policía metropolitana de Londres dijo que sus detectives investigan «una acusación sobre envenenamiento con intención de poner en peligro la vida» o causar daño corporal. Agregó que el incidente «supuestamente sucedió en una dirección de Wimbledon» entre el 1 y 10 de julio.

Las autoridades dijeron que nadie ha sido detenido y la policía está a la espera de información médica sobre qué veneno, en su caso, estuvo involucrado. El Servicio Nacional de Salud británico indicó que la leptospirosis no es común en el Reino Unido, con menos de 40 casos reportados al año. Puede ser adquirida por tocar tierra o agua contaminada con la orina de animales infectados, incluidos bovinos, cerdos, perros y en particular ratas.

Suele causar síntomas leve como la gripe, pero en algunos casos puede conducir a la insuficiencia de un órgano y hemorragias internas. Kimon Andreas Karatzas, profesor asistente de microbiología de los alimentos en la Universidad de Reading, dijo que podría ser difícil rastrear la fuente de la infección porque la leptospirosis tiene un periodo prolongado de incubación, que toma entre cinco y 14 días, y en casos inusuales más de un mes, antes de que los síntomas aparezcan.

Además, estableció que la inusual bacteria no es un candidato obvio como veneno.