Occidente debe aceptar el hecho de que Crimea ya es parte de Rusia, porque fue una tontería separarla de ella y esta decisión nunca contó con la aceptación popular. Así se expresó el presidente de la República Checa, Milos Zeman.
«Crimea, por muchas cosas que declaremos, no se devolverá a Ucrania en un futuro previsible. Por lo tanto, las potencias occidentales, o, propiamente hablando, la Unión Europea deben aceptarlo», dijo en un comentario concedido a una emisora de radio checa con motivo de la reunificación de Crimea con Rusia.
Zeman catalogó como «tonta» la decisión del entonces primer secretario del partido Comunista de la URSS, Nikita Jrushov, sobre la transferencia en 1954 de la península de Crimea a Ucrania. Admitió también que la mayoría de la población jamás la aceptó.
El mandatario checo apoyó la idea de federalizar Ucrania. «No habrá nada malicioso en la federalización de Ucrania afirmó. Bien existen como estados federados Alemania, Estados Unidos, Suiza». En su opinión, cierta descentralización y autonomía podrían calmar la situación en Ucrania.
Entre los errores de las autoridades actuales de Kiev que incentivaron el conflicto, Zeman destacó la política lingüística que prohíbe a los rusoparlantes el uso cotidiano y oficial de la lengua materna. «No sé quién inventó esta locura», se expresó. Aunque la ley de lenguas (propuesta por los nacionalistas ucranianos) fue vetada en última instancia, recalcó el político, las autoridades ya la estaban imponiendo a nivel regional y por lo tanto el conflicto escaló innecesariamente.
Respecto a la política de aislamiento de Moscú, aplicada por la Unión Europea, el líder de la República Checa dijo que no la encuentra apropiada. También condenó las voces a favor de una nueva Guerra Fría.
