Estado Islámico está animando a sus seguidores a actuar en sus países de residencia, en lugar de instarlos a que viajen a su autoproclamado califato, y se ha atribuido la autoría de una oleada creciente de ataques, la mayoría de ellos en Francia y Alemania, en un aparente cambio de estrategia.
El grupo yihadista se ha visto castigado por dos años de ataques aéreos de la coalición liderada por Estados Unidos y avances de las fuerzas locales terrestres, lo que ha llevado a la pérdida de parte del territorio que había capturado en Siria e Irak.
«Si los tiranos cierran la puerta de la migración en sus caras, abran entonces la puerta de la yihad en las suyas y vuelvan sus acciones contra ellos», afirmó en un audio supuestamente emitido por el portavoz Abu Muhammad al-Adnani, en referencia a los esfuerzos de los gobiernos occidentales para evitar que combatientes extranjeros viajen para unirse al grupo.
Los seguidores radicalizados respondieron a ese llamamiento en varias ocasiones en los últimos dos meses en países que forman parte de la coalición internacional que combate al EI, incluyendo disparos en un club nocturno de Florida, un atropello masivo con un camión en la Riviera francesa y un ataque con hacha en un tren cerca de Múnich.
«Hay una creciente comprensión de que la idea del califato se está muriendo y los líderes están pidiendo cada vez más a los combatientes extranjeros que no vayan a Irak y Siria, sino a otros lugares o que cometan actos de violencia a nivel local», dijo Max Abrahms, de la Northeastern University en Boston.
Expertos en seguridad y funcionarios en Oriente Próximo y Occidente predicen que la campaña militar contra el grupo en Irak y Siria acabará en última instancia con el objetivo de establecer un califato, pero al hacerlo puede dar lugar a un aumento sostenido de los ataques de militantes a nivel mundial.
Desde hace más de un mes, los partidarios del EI en las redes sociales han animado a potenciales «lobos solitarios» en Occidente a que elijan métodos que van desde la sofisticación de las bombas y los disparos a las puñaladas. La mayoría de los agresores, en mensajes pregrabados que juraban lealtad al EI y asumían la responsabilidad de los ataques, se hicieron eco de esa retórica y alentaban a otros a emularlos.
En los últimos 18 meses, el grupo ha sido expulsado de una cuarta parte del territorio que capturó en Irak y Siria en 2014, dijo la firma de investigación IHS este mes. Otras estimaciones apuntan a pérdidas cercanas a la mitad.
El director del FBI, James Comey, dijo esta semana que teme que la eventual derrota del EI genere un aumento de los ataques en Estados Unidos y Europa al atraer a los militantes de Siria de la misma forma que al Qaeda surgió de los combatientes que se habían radicalizado en Afganistán en la década de los ochenta.