El Estado colombiano fue condenado a pagar más de 400.000 dólares por los daños causados a uno de los conventos de la Madre Laura, declarada por el papa Francisco la primera santa colombiana, durante un enfrentamiento entre la fuerza pública y la guerrilla de las FARC 15 años atrás.
Así lo determinó el Consejo de Estado, una de las cuatro altas cortes del país, que ordenó pagarle a la Comunidad Hermanas Misioneras de la Madre Laura 800 millones de pesos (unos 407.000 dólares) por los perjuicios causados en su sede de la ciudad de Popayán, capital del departamento de Cauca y a 370 kilómetros al suroeste de Bogotá.
Dos religiosas resultaron heridas y una de ellas, según el fallo, tuvo que ser sometida a tratamientos sicológicos por el trauma que le produjo el incidente entre los policías y los guerrilleros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Si bien el Ministerio de Defensa y la policía dijeron que en el caso del convento no hubo responsabilidad del Estado porque que el ataque rebelde fue dirigido en forma indiscriminada contra la población, «planeado sigilosamente y ejecutado de manera sorpresiva, por lo que era imposible para la fuerza pública preverlo», el alto tribunal concluyó lo contrario al sostener que «el Estado tiene la obligación de proteger a la población civil, teniendo en cuenta que posee los instrumentos para ello».
En mayo del año pasado el papa Francisco canonizó en Roma a la religiosa colombiana Laura Montoya Upegui (1874-1949), la primera santa de la historia colombiana. Se calcula que hay unas 860 «lauritas» en 21 países del mundo. De ellas, unas 400 trabajan en Colombia en favor de los pobres.
BOGOTA, Colombia (AP)