El presidente de Turquía se presentó triunfante ante una multitud el viernes tras el servicio religioso en una mezquita, en momentos en que su gobierno anunció detalles sobre el estado de emergencia impuesto tras un intento de golpe.
El estado de emergencia, entre otras cosas, amplía el lapso en que una persona puede ser detenida sin cargos, a hasta una semana.
«La victoria le pertenece a los fieles», exclamó el presidente Recep Tayyip Erdogan ante la multitud agolpada frente a una mezquita en la capital, Ankara. Aseguró que manifestantes partidarios del gobierno resistieron a la amenaza de tanques y metralla durante el alzamiento militar del 15 de julio, y acusó a seguidores del clérigo Fetula Gulen, radicado en Estados Unidos, de querer burlarse del pueblo turco.
Gulen ha negado haber estado involucrado en el intento golpista.
«¡Aquí está el ejército y aquí está el comandante!» coreaba la multitud en Ankara. También pidieron la reinstauración de la pena de muerte para los golpistas, una solicitud que Erdogan ha prometido considerar a pesar de temores de que ello violará los compromisos internacionales de Turquía y marcaría una ruptura con Europa.
Alemania ha expresado sus preocupaciones sobre el estado de derecho en Turquía, afirmando que varias personas detenidas como resultado del alzamiento han sido maltratadas.
«(Las detenciones) despiertan interrogantes inquietantes, si es que estamos viendo por televisión o en fotos, imágenes de gente que claramente portan marcas de violencia física», dijo Steffen Seibert, portavoz del gobierno alemán, a reporteros el viernes en Berlín.
Añadió que Alemania espera que el estado de emergencia en Turquía será breve, y que no afectará el acuerdo entre la Unión Europea y Turquía para detener el flujo de inmigrantes que buscan llegar a Europa.
El jueves, el parlamento turco aprobó un estado de emergencia de tres meses de duración, dándole a Erdogan amplios poderes. El mandatario ha dicho que usará los poderes para enfrentar las amenazas a la democracia, aunque sus críticos temen que se están vulnerando los derechos fundamentales.
El ministro de Justicia Bekir Bozdag dijo al canal de noticias CNN Turk que el período de detención sin cargos ahora podrá ser de una semana, comparado con entre uno y dos días anteriormente.
Aun sin el estado de emergencia, las autoridades ya habían lanzado una ofensiva con arrestos masivos, despidos de funcionarios y la clausura de escuelas presuntamente vinculadas a Gulen, que vive autoexiliado en Pennsylvania.
Entre los detenidos en la ola represiva está el prominente periodista turco Orhan Kemal Cengiz y su esposa, Sibel Hurtas, quienes fueron arrestados en el aeropuerto internacional de Estambul cuando iban a salir del país el jueves.
El primer ministro turco, Binali Yildirim, elogió a los medias de prensa nacionales que criticaron la intentona golpista pero criticó a la prensa extranjera por dar «una cobertura parcializada bajo la influencia de esta camada de asesinos», en referencia a los partidarios de Gulen.