Este viernes 15 de julio Turquía vivió el quinto golpe de Estado desde su fundación en 1923. Una facción del Ejército declaró la ley marcial en todo el país, atacó con tanques y helicópteros las instituciones gubernamentales y arrestó a altos funcionarios del Ejecutivo.
El primer ministro turco Binali Yildirim informó que la intentona golpista 194 muertos, de los cuales, 104 eran soldados sublevados, 43 de las fuerzas leales y 47 civiles. También se registraron mil 440 heridos y 2 mil 839 golpistas detenidos.
«La situación está un 90 por ciento bajo control», aseveró Yildirim en una rueda de prensa este sábado. Indicó que «todos los golpistas están en manos de la fiscalía y serán castigados».
Felicitó al pueblo turco por defender la democracia del país en las calles. «Lo que pasó el viernes fue una mancha negra para la democracia del país», expresó.
Yildirim explicó que «el Consejo Constitucional estudiará la posibilidad de introducción de la pena de muerte» para los militares involucrados en el golpe de Estado.
Más temprano, el Gobierno de Turquía anunció la destitución de cinco generales y 29 coroneles, involucrados en el golpe.
Tras el intento de golpe de Estado en Turquía, el presidente Recep Tayyip Erdogan, acusó al clérigo Fethullah Gulen de ser el impulsor del levantamiento militar y de liderar una organización terrorista.
Fetullah Gulen es un clérigo de un movimiento islámico llamado Hizmet, que se autoexilió a EE.UU. en 1999, desde donde sigue promoviendo sus ideas progresistas.