En una danza política meticulosamente coreografiada, David Cameron dejó de ser el primer ministro de Gran Bretaña el miércoles, abandonando su oficina y su hogar en 10 Downing Street y presentando su renuncia poco después en el Palacio de Buckingham.
Theresa May se convirtió en la nueva líder británica al aceptar la invitación para gobernar de parte de la reina Isabel II.
El palacio confirmó en un escueto comunicado que «el honorable parlamentario David Cameron tuvo una audiencia con la reina esta tarde y presentó su renuncia como primer ministro y encargado del Tesoro, la que Su Majestad tuvo la bondad de aceptar con gracia».
Poco después el palacio difundió una foto de May saludando a la monarca en el palacio.
Tal como lo establece la tradición para cambios de gobierno en Gran Bretaña, Cameron se reunió con la reina y recomendó que sea May, su sucesora como líder del Partido Conservador, la próxima jefa de gobierno.
Cameron renunció tras ofrecer una breve declaración frente a la residencia del primer ministro, donde ha vivido los últimos seis años.
«Ha sido el máximo honor de mi vida haber servido a nuestro país como primer ministro estos últimos seis años, y servir como líder de mi partido por casi 11 años», dijo Cameron acompañado de su esposa Samantha y sus hijos Nancy, de 12 años, Elwen, de 10 y Florence, de 5.
«No ha sido tarea fácil y por supuesto no todas las decisiones que tomamos fueron las acertadas, pero sí creo que hoy nuestro país es mucho más fuerte», expresó Cameron.
Aseguró que May ofrecerá «un liderazgo fuerte, estable» y le deseó éxito en las negociaciones para la salida británica de la Unión Europea, el tema que provocó su dimisión.
Horas antes Cameron compareció ante el Parlamento británico por última vez como primer ministro con dignidad y buen humor, convirtiendo una sesión de preguntas normalmente áspera en un momento para elogiar, agradecer, bromear y aclamar… con una pizca de críticas.
La cordialidad en la Cámara de los Comunes culminó en un fuerte aplauso y una ovación de pie de parte de los colegas conservadores de Cameron, de 49 años, que renuncia después que los electores decidieron abandonar la Unión Europea.
«Extrañaré el clamor de la multitud. Extrañaré las duras críticas de la oposición», dijo Cameron, prometiendo seguir los futuros diálogos como un legislador conservador regular desde los banquillos traseros.
Incluso se burló de sí mismo al recordar a los legisladores sobre un cruel comentario que él lanzó al entonces primer ministro Tony Blair hace más de una década: «Él fue el futuro en su momento».
«Como una vez lo dije, yo fui el futuro en su momento», subrayó Cameron, mientras su esposa y sus tres hijos observaban desde la galería pública.
Pese a lo repentino de la salida de Cameron menos de tres semanas después del referendo del 23 de junio sobre la permanencia de Gran Bretaña en la UE_, él lució relajado y confiado mientras absorbió tanto elogios como críticas de los legisladores de la oposición.
En respuesta al líder del Partido Laborista, Jeremy Corbyn, que enfrenta su propia lucha por conservar el cargo ante dos legisladores por partido que pretenden reemplazarlo, Cameron se burló de la tormenta política del Partido Laborista al señalar que los miembros del Partido Conservador habían pasado por un proceso de «renuncia, nominación, contienda y coronación» mientras que el Laborista sigue trabajando en las reglas para su contienda.
La nueva líder, que desde hace seis años funge como secretaria de Interior al frente de los asuntos de inmigración y seguridad tiene ante sí la complicada tarea de devolver la calma al país y a los mercados financieros tras las turbulencias que siguieron al inesperado resultado en la consulta popular del pasado 23 de junio.
Se espera que presente pronto su nuevo gobierno, en el que habría un ministro encargado de poner en marcha el Brexit, la salida británica.
May, que respaldó la permanencia del país en el bloque, también podría colocar a destacados partidarios del Brexit en puestos clave. Expertos ansían comprobar si su ejecutivo incluirá al ex alcalde de Londres, Boris Johnson, y al secretario de Justicia, Michael Gove, aspirantes a suceder a Cameron y que hicieron campaña juntos para abandonar el bloque, aunque después se distanciaron.
También se especula con que May, la segunda mujer primer ministro del país después de Margaret Thatcher, impulse el número de mujeres en puestos de responsabilidad.
En declaraciones al diario The Daily Telegraph, Cameron dijo que había sido «un privilegio servir al país que amo».
Cameron dijo que esperaba dejar «un país más fuerte, con una economía pujante y más oportunidades de prosperar en la vida».
Los periódicos publicaron duras críticas. The Sun dijo que Cameron se «arruinó por su sobreconfianza olímpica», mientras que The Guardian lo llamó el «primer ministro de las promesas rotas».
Pero recibió elogios de un viejo adversario, el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, que dijo que echará de menos al líder británico.