Policías y militares húngaros propinaron palizas a algunos migrantes antes de enviarlos de vuelta al otro lado de la frontera con Serbia, según denunció el miércoles en un informe Human Rights Watch (HRW).
Desde el 5 de julio, los migrantes atrapados a 8 kilómetros (5 millas) o menos de la frontera son devueltos al lado serbio de la cerca de alambre de cuchillas que levantó el año pasado Hungría para detener el flujo migrante. La policía informó de la devolución de 621 personas a Serbia en la primera semana de funcionamiento de las nuevas normas.
Una de las denuncias de abusos recogida en el informe de HRW señala que los hombres en un grupo de entre 30 y 40 migrantes en el que también había mujeres y niños fueron golpeados por soldados durante dos horas tras ser detenidos en Hungría.
«Nunca había visto una paliza así ni en las películas», dijo un hombre que no fue identificado en el reporte. «Cinco o seis soldados nos llevaron uno a uno para pegarnos. Nos ataron las manos con bridas de plástico a la espalda. Nos pegaron con todo, con puños, patadas y bastones. Nos causaron lesiones graves de forma deliberada».
Otras personas entrevistadas por HRW dijeron haber sido golpeadas por la policía o haber resultado heridas cuando se les obligó a volver a Serbia a través de pequeños huecos en la cerca de alambre de cuchillas.
El reporte de HRW se basó en entrevistas con 41 solicitantes de asilo y migrantes, así como autoridades de una amplia gama de instituciones húngaras e internacionales, como la agencia de refugiados de la ONU, la policía húngara y la oficina de inmigración.
La organización señaló que Hungría también ha incumplido las normas internacionales en relación con los solicitantes de asilo, por ejemplo al rechazar con rapidez la mayoría de las peticiones de asilo de varones solteros o al aceptar sólo 15 peticiones diarias en cada una de las dos zonas de tránsito en la frontera serbia. Esto ha hecho que cientos de refugiados queden varados en la frontera en condiciones precarias.
«El maltrato a los solicitantes de asilo y los migrantes va en contra de las obligaciones de Hungría dentro del derecho de la UE, la ley sobre refugiados y la legislación de derechos humanos», afirmó Lydia Gall, investigadora regional del grupo activista. «La Comisión Europea debería utilizar sus competencias de imposición para presionar a Budapest para que cumpla con su obligación según la legislación de la UE de proporcionar un acceso significativo al asilo y procesos justos para los que están en sus fronteras y en su territorio».
«Hungría está rompiendo todas las reglas para solicitantes de asilo», añadió Gall.
El gobierno húngaro no respondió en un momento a las peticiones de comentarios, pero las autoridades rechazaron el mes pasado acusaciones similares de abusos presentadas por la agencia de refugiados de la ONU. HRW dijo haber enviado el 13 de junio sus hallazgos y preguntas a la Oficina húngara de Inmigración y Nacionalidad, así como a los ministerios del Interior y Defensa, y que no había recibido respuesta.
HRW también indicó que Hungría está aplicando una «ficción legal» en las zonas de tránsito en la frontera, ya que no considera que la gente haya entrado en el país aunque estas zonas se encuentren en territorio húngaro. Esto permite a Hungría asegurar que los refugiados que ven rechazadas sus peticiones de asilo en las zonas de tránsito no intentan quedarse en Hungría ni atravesar el país, como hicieron el año pasado 400.000 personas en su ruta hacia el oeste.