El Congreso de los Estados Unidos (EE.UU.) tiene previsto debatir y aprobar este martes un plan de ayuda para la República de Ucrania, que incluye, entre otros puntos, una serie de sanciones contra Moscú, en respuesta a la reciente adhesión de la península de Crimea a la Federación Rusa.
Días atrás, el proyecto ya fue aprobado, casi por unanimidad, en el Senado y ahora, probablemente, recibirá el aval definitivo de la Cámara de Representantes de mayoría republicana y luego será enviada al presidente Barack Obama para su promulgación y entrada en vigencia.
La resolución autoriza a Washington a «garantizar préstamos a las nuevas autoridades de Kiev por mil millones de dólares», más «una ayuda de 50 millones en favor de la democracia» y «otros 100 millones a lo largo de tres años, destinados a cooperación en materia de seguridad».
Asimismo, el texto impone sanciones reforzadas contra los ciudadanos rusos y ucranianos que, a criterio de Estados Unidos, sean responsables de violaciones graves de los derechos humanos o de actos de corrupción en Ucrania.
El pasado domingo, el canciller ruso, Serguei Lavrov, aseguró que aunque en su país no están contentos con las sanciones impuestas desde Occidente, tampoco es algo que le cause mucho dolor al Gobierno de Moscú.
«No nos alegran las sanciones de Occidente, pero tampoco nos duelen (…) No quiero decir que las sanciones no nos importen, esto es algo desagradable. Están dirigidas contra algunas personas y buscan herir a alguien dolorosamente, se ve a simple vista», expresó en una entrevista televisiva.
Las protestas iniciadas en diciembre contra el presidente ucraniano, Viktor Yanukovich, y su posterior destitución desembocaron un referendo independentista convocado por el parlamento de Crimea, donde la amplia mayoría de sus ciudadanos se mostraron de acuerdo en separarse de Ucrania y pasar a formar parte de la Federación Rusa.
AGENCIAS