La Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoce que por el momento no hay evidencia de que el virus Zika pueda transmitirse de madres a hijos a través de la lactancia pero reclama más investigación que analice y descarte esta vía de contagio.
«Las madres con Zika deberían seguir amamantando a sus hijos», según ha defendido este organismo de Naciones Unidas, que la semana pasada publicó una actualización de sus recomendaciones sobre alimentación infantil en aquellas zonas que están afectadas por el virus.
Aunque la principal forma de transmisión del virus es a través de los mosquitos de la familia ‘Aedes’, existen dudas de si también puede producirse por otras vías como la lactancia, sobre todo al tratarse de una práctica esencial para la supervivencia de los recién nacidos.
Sin embargo, la OMS aclara que los bebés cuyas madres sean casos confirmados o sospechosos de Zika deben ser alimentados «igual que el resto de lactantes», exclusivamente con leche materna desde sus primeras horas de vida y durante los primeros seis meses de vida, y recuerda que esto permite cada año prevenir unas 823.000 muertes infantiles y otras 20.000 por cáncer de mama.
Hasta el momento se han detectado restos de ARN del virus Zika en leche materna de tres mujeres con infección confirmada, pero la OMS aclara que luego no se han identificado virus replicativos en cultivos celulares. Además, las muestras de leche fueron obtenidas cuando las madres tenían manifestaciones clínicas y sus muestras de suero eran positivas mediante PCR-RT (reacción en cadena de la polimerasa con retrotranscriptasa).
Este organismo reconoce que por el momento también se desconoce la frecuencia de la detección del virus, su cinética y su carga en la leche materna. Además, en los bebés de estas tres madres no se han constatado complicaciones a largo plazo.