Solo horas después casarse, el esposo de Shagufta Sayyd le dijo que tenía una relación con otra mujer. Estaba seguro de que su nuevo matrimonio no tenía ningún futuro, dijo Sayyd, de 21 años. Solo se había desposado para complacer a su madre.
«Él dijo, ‘no, no quiero tenerte»’, agregó Sayyd. «Así que dijo, ‘divorcio, divorcio, divorcio’, tres veces y eso fue todo».
Sayyd todavía insiste en usar el apellido de su esposo hasta que pueda divorciarse oficialmente en una corte india. Pero como le ocurre a muchas otras mujeres indias de la minoría musulmana suní, su futuro y estatus se rigen por la Ley Musulmana Personal, que obedece a los principios de la fe islámica, interpretada por imanes locales y escuelas religiosas del país.
El llamado triple «talaq«, o divorcio instantáneo, ha sido prohibido en más de 20 países musulmanes, incluyendo Pakistán y Bangladesh. Pero en India, la práctica sigue vigente debido a regulaciones del gobierno que protegen a comunidades musulmanes, cristianas e hindúes, que se rigen por leyes religiosas.
La mayoría de los 170 millones de musulmanes de India son sunís que responden ante la Ley Musulmana Personal para asuntos familiares y litigios. Estos preceptos incluyen permitir a los hombres divorciarse de sus esposas solo diciendo la palabra «talaq», o divorcio en urdu, tres veces y no necesariamente consecutivamente, sino en cualquier momento, y a través de cualquier medio, como por teléfono, mensajes de texto o mensajes en redes sociales.
Algunas mujeres están cansadas de lo que consideran una regla arcaica y patriarcal que muchas veces las deja desamparadas. Las mujeres musulmanas no tienen el mismo derecho y cuando el esposo las deja no pueden solicitar pensión conyugal, aunque sí una pequeña suma por los primeros tres meses tras la separación.
Después, dependen de sí mismas.
«Algunos se han divorciado a través de mensajes rápidos, enviando cartas. Otros solo han dicho ‘talaq’ tres veces y el divorcio se ha concretado», dijo Noorjehan Safia Niaz, cofundadora de Bhartiya Muslim Mahila Andolan, o el Movimiento de Mujeres Indias Musulmanas.
Este colectivo lleva seis años luchando para tener leyes equitativas para mujeres musulmanas.
«Hay casos en los que las mujeres ni siquiera saben si están divorciadas», dijo Niaz. «Los niños no tienen ningún apoyo. Para los hombres musulmanes es muy conveniente poder decir solo ‘talaq’ tres veces. Para ellos es muy fácil sacar a las mujeres de sus vidas».
Expertos legales dicen que esta práctica es inconstitucional y la Corte Suprema ha estado trabajando para uniformar las leyes. En 1985, la Corte Suprema ordenó a un hombre pagar una pensión conyugal a su esposa después de haberse divorciado de ella verbalmente y abandonarla.