La fiscalía japonesa acusó formalmente el jueves a un contratista estadounidense del asesinato y la violación de una joven de 20 años en Okinawa, un caso muy publicitado que ha renovado el sentimiento antiestadounidense en la isla sureña japonesa.
Kenneth Shinzato, un exmarine, enfrenta ahora los cargos de violación y asesinato además de la acusación anterior de abandono del cuerpo de la víctima, según las autoridades locales. La mujer apareció muerta en un bosque el mes pasado, tres semanas después de que desapareciera cuando daba un paseo.
El caso ha desatado la indignación en Okinawa, donde los vecinos se quejan desde hace años de la intensa presencia militar estadounidense y la delincuencia asociada. La posterior detención y acusación de un marinero estadounidense acusado de beber ebrio ha avivado el descontento.
Okinawa se ha visto en un atolladero con un polémico plan para reubicar una base aérea de marines a una zona menos poblada de la isla. El plan se desarrolló después de que una menor fuera violada en 1995 por tres militares estadounidenses, un caso que escandalizó a los vecinos de Okinawa. Sin embargo, el proyecto ha hecho pocos progresos en 20 años debido a las protestas locales. Los detractores quieren que la base aérea desaparezca por completo de la isla.
La mitad de los 50.000 soldados estadounidenses estacionados en Japón dentro de un acuerdo bilateral de seguridad están destinados en la isla.
El ejército estadounidense afirma que la tasa de crimen entre sus tropas en Japón es más baja que entre el público general.
El gobierno del primer ministro, Shinzo Abe, quiere que Japón juegue un papel militar más importante a nivel internacional y respalda la alianza de seguridad entre los dos países.