A pesar de las denuncias de corrupción, censura a las redes sociales y temores de autoritarismo en Turquía, las elecciones locales del domingo favorecieron al partido del primer ministro, Recep Tayyip Erdogan, quien podría buscar ahora ser el primer presidente elegido por sufragio directo del país.
El Partido de la Justicia y el Desarrollo de Erdogan arrasó en las elecciones municipales del domingo, en las que consiguió el 45,5% de los votos y vapuleó al principal partido de la oposición, de acuerdo con resultados extraoficiales.El partido retuvo la ciudad clave de Estambul y también fue líder en Ankara, la capital. Sin embargo, la oposición podría impugnar las cifras en la capital, pues los principales contendientes estaban cerca entre sí.
La victoria de Erdogan alivió las preocupaciones del mercado sobre inestabilidad durante el inicio de operaciones el lunes, cuando hubo una recuperación del mercado de valores. La lira turca se fortaleció frente al dólar y al euro.Los analistas dicen que el resultado equivale a un voto de confianza para Erdogan, quien podría animarse a participar en las elecciones presidenciales de agosto, donde tendría que ganar el 50% de los votos más uno.
Erdogan «ha visto que cuenta con el apoyo de una masa de gente que cree en él y que no lo abandonará en cualquier condición», escribió Mehmet Tezcan, comentarista del diario Milliyet. «Esto lo animará en su camino hacia el palacio presidencial», agregó.Los observadores dudaron que Erdogan tuviese aspiraciones presidenciales después de las protestas contra el gobierno del año pasado, un escándalo de corrupción y una serie de restricciones a la libertad de expresión, como el bloquear a los usuarios que trataban de tener acceso a Twitter y YouTube.
Las restricciones a las redes sociales se produjeron después de que se filtraron varias grabaciones de audio en las que se hablaba de actos de corrupción de Erdogan y su familia.Erdogan y su partido han dominado la política turca durante la última década, en la que el país ha disfrutado de gran prosperidad. El partido llegó al poder respaldado por una base musulmana devota que buscó tener más presencia en un país que durante décadas tuvo una elite laica.
ANKARA, Turquía (AP)