Un juez federal dictaminó que los funcionarios del sureño estado de Misisipi (EEUU) están obligados a casar a parejas homosexuales tal y como determinó el Tribunal Supremo el año pasado, aunque se opongan por motivos religiosos.
La decisión del juez Carlton Reeves bloquea así la legislación en la que estaban trabajando los republicanos del estado sobre libertad religiosa que hubiese permitido a aquellos funcionarios que se opusiesen al matrimonio gay por motivos de creencia no otorgar licencias matrimoniales a este colectivo.
Estaba previsto que el proyecto de ley se aprobase el viernes en el Congreso estatal (dominado por el Partido Republicano), pero previsiblemente ello no sucederá tras el dictamen.
La sentencia de Reeves, que es una extensión de una orden previa que dictaminó en el pasado y que invalidó la entonces vigente prohibición del matrimonio gay en el estado, requiere que todos los funcionarios públicos traten de forma igual a cualquier pareja, ya sea heterosexual u homosexual.
El año pasado, en una decisión histórica, la Corte Suprema de EEUU legalizó el matrimonio homosexual en todo el país, poniendo así fin a una larga lista de prohibiciones que existían a nivel estatal.
En septiembre pasado, una funcionaria de Kentucky, Kim Davis, estuvo encarcelada durante cinco días por negar licencias de matrimonio a parejas homosexuales en ese estado.
Davis se convirtió en un símbolo nacional de oposición a las bodas homosexuales por motivos religiosos.