El gobierno mexicano y maestros que rechazan una reforma educativa concluyeron el miércoles sin acuerdos una reunión tras los violentos incidentes del domingo que dejaron 10 muertos en Oaxaca, aunque continuarán el diálogo, informó el ministro del Interior.
En la maratónica reunión participaron una treintena de maestros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), que durante meses han protestado contra una reforma educativa en vigor desde 2013.
«Hubo planeamientos de ellos que han sido parte de su movimiento, que hablan sobre la reforma educativa«, ante los cuales «puntualmente nosotros les dijimos que hay una ley que tenemos obligación como funcionarios públicos de acatar y de respetar», dijo en conferencia de prensa el secretario de Gobernación (Interior), Miguel Ángel Osorio Chong, tras el encuentro.
«No nos toca a nosotros modificar o crear leyes, le toca al poder Legislativo. Lo que sí nos toca es encontrar puntos de coincidencia, puntos de solución», argumentó el funcionario, que calificó el encuentro como «satisfactorio para las partes»
«Nos pudimos escuchar», dijo Osorio. El próximo lunes los maestros de la CNTE y el gobierno volverán a reunirse, agregó.
Una de las principales demandas de los maestros es la liberación de dos líderes magisteriales, uno acusado de enriquecimiento ilícito y otro de robo agravado de libros educativos oficiales.
En la reunión del miércoles «no entramos al tema de ninguna suspensión de ordenes de aprehensión», continuó Osorio.
El gobierno está dispuesto a «encontrar soluciones a algunos de sus planteamientos que no dañan la reforma educativa«, expuso sin dar más detalles.
La reforma educativa impone evaluaciones a los docentes y pone fin a prácticas no escritas como la herencia o venta de plazas de maestros. Los educadores consideran que uno de sus fines es la privatización de la enseñanza.
El diálogo fue convocado tras los violentos incidentes del domingo en el poblado Nochixtlán, Oaxaca (sureste), cuando durante una protesta contra la reforma se desató un confuso enfrentamiento con intercambio de disparos luego de que 800 policías rompieron un bloqueo carretero encabezado por la CNTE.
De acuerdo con las autoridades, ocho personas murieron en Nochixtlán, siete de ellas por heridas de bala y otra cuando se accionó un artefacto explosivo que manipulaba.
La Policía Federal argumenta que los uniformados acudieron desarmados a la protesta pero tuvieron que retroceder y regresar armados luego de ser acechados por unas 2.000 personas «radicales», algunas de ellas armadas.
No obstante, testigos dijeron a la AFP que fueron los policías quienes dispararon primero. Las autoridades iniciaron una investigación.
La Policía Federal reconoce que los disparos no provinieron de los maestros, mientras que la CNTE los atribuye a «infiltrados» y acusó a los policías de «disparar sin piedad».
Otros dos hombres, entre ellos un periodista gráfico que captó imágenes de saqueos en otra protesta, fueron ultimados a balazos por desconocidos en la población de Juchitán, también en Oaxaca.