Decenas de migrantes indocumentados detenidos en la cárcel estadounidense de Tacoma, Washington, realizan una huelga de hambre contra el supuesto maltrato por parte de las autoridades judiciales y el incumplimiento de las promesas de mejora.
Anteriormente este mes los internos del centro, donde hay unos 1.300 reclusos, ya organizaron una huelga parecida, que abandonaron solo después de obtener la promesa de que sus condiciones mejorarían, algo que, denuncian, no se ha cumplido.
Los presos también piden que la Administración del presidente Obama, quien fue elegido en gran parte gracias al voto inmigrante, ponga fin a las deportaciones. «Fue elegido en gran parte por la mayoría del voto latino (…) con la esperanza que él iba a solucionar el problema migratorio», señala Ricardo Moreno, el presidente de la asociación Simón Bolívar de Los Ángeles.
«Obama criticó las deportaciones y las separaciones de familias. Estamos ya a dos años de su segundo mandato y él acaba de batir el récord de ser el presidente que más inmigrantes ha deportado. En la comunidad latina están diciendo ‘el jefe deportador’, dice Moreno.