El papa Francisco recibió este jueves a mil artistas del mundo del circo procedentes de varios países, a quienes aplaudió varios números y les dio las gracias por «sembrar lo bello y la alegría en el mundo».
«Ustedes son artesanos de la fiesta, de la maravilla, de lo bello: con estas cualidades enriquecen la sociedad de todo el mundo», alimentado «sentimientos de esperanza y de confianza», declaró Francisco.
«Eso también es misericordia: sembrar lo bello y la alegría en un mundo en ocasiones sombrío y triste. Gracias, gracias por ello», añadió el pontífice argentino, quien subrayó también las dificultades de la vida itinerante y «los prejuicios» que pueden dejar a estos artistas «un poco al margen».
Antes de su discurso, el papa pudo contemplar una serie de actuaciones de acróbatas y contorsionistas, y escuchar la música de varias orquestas no profesionales.
«Fue formidable. Soy cristiana y era realmente especial. No es una representación como cualquier otra. Es mucho más», declaró a la AFP una equilibrista chilena a la salida de la audiencia.
Durante la exhibición, un domador presentó a Francisco un cachorro de tigre, que se sobresaltó cuando el papa acercó su mano. Tras tranquilizarlo con un biberón de leche, el animal se dejó acariciar a continuación.
Pero, al parecer, no fue quien más se asustó. «Ustedes pueden también asustar al papa haciéndole acariciar este tigre… ¡Son muy fuertes!», dijo el pontífice.