Crímenes con saña aumentan este año en Guatemala

Aunque las autopsias asociadas con hechos criminales reportan un descenso en los primeros cinco meses del año respecto al 2015, el desmembramiento  registra un alza de 287.7 por ciento en el mismo periodo.

El Instituto Nacional de Ciencias Forenses de Guatemala (Inacif) practicó 27 necropsias o autopsias a cuerpos desmembrados, entre enero y mayo últimos, de las cuales 15 fueron de hombres, 11  mujeres y dos cuyo sexo no fue posible determinar.

Durante el mismo periodo del año pasado se registraron siete casos, cuatro de ellos, mujeres.

Hasta mayo último se reportó un decrecimiento en las necropsias o autopsias por hechos violentos, ya que el acumulado fue de dos mil 322, lo que equivale a 50 menos que en el 2015, cuando fueron dos mil 372.

Las muertes por heridas de bala se mantienen en el primer lugar, ya que se reportaron mil 693, seguidas de las causadas  por  heridas de arma blanca, que suman 222.

Francisco Rivas, ministro de Gobernación, señaló que los desmembramientos ocurren en espacios cerrados y considera que pueden ser una manifestación de los criminales ante la estrategia de la Policía Nacional Civil de instalarse en  lugares “más críticos” y en horarios en que más se delinque, mientras que en aquellos sitios donde se usaban armas de fuego para cometer los crímenes esto ya no ocurre.

Rivas explicó que los cuerpos son abandonados en las calles, en las primeras horas del día, lo cual es una modalidad del crimen organizado o son  hechos cometidos por  pandillas rivales.

El ministro expuso que la segunda hipótesis que manejan es que este tipo de ataques se cometen contra miembros del mismo grupo delictivo que han traicionado sus normas. “Hay un repunte de estos hechos en contra de mujeres. Dentro de las investigaciones hemos establecido que algunos hechos, no todos, responden a mujeres involucradas en una relación sentimental con un miembro de otra pandilla o que las parejas están detenidas y  estas establecen relación con miembros libres”, refirió.

Walter Menchú, del Centro de Investigaciones Económicas Nacionales, señaló que los desmembramientos  llevan una carga emotiva y un mensaje adicional al de una muerte homicida.