Las poblaciones indígenas del norte de Canadá, en especial los niños, pasan hambre y desarrollan enfermedades vinculadas con la desnutrición o trastornos de la alimentación, indicó el jueves un informe la organización independiente de expertos Consejo de Academias de Canadá (CCA).
«En Canadá, las familias aborígenes padecen inseguridad alimentaria, en una proporción que es más del doble que la de los hogares no indígenas (27% contra 12%)», señaló el documento.
La situación es peor para los indígenas que viven en la mitad norte de Canadá.
Encuestas de estos hogares muestran que nueve de cada 10 niños tienen hambre, tres de cada cada cuatro se saltean comidas y casi dos de cada tres «pueden pasar un día sin comer», según el informe del comité de expertos sobre seguridad alimentaria en la zona ártica de Canadá.
Los costos de alimentación se han vuelto desmesurados en el presupuesto de estas poblaciones y, en algunos casos, los ingresos no son suficientes para alimentar a una familia, señalaron.
El informe subraya además que «el costo promedio de los alimentos para un hogar con niños en Nunavut, Nunatsiavut y la región de asentamiento Inuvialuit» pueblos indígenas del norte de Canadá es de unos 20.000 dólares canadienses al año. Pero para la mitad de los adultos Inuit el ingreso anual es inferior a esta cantidad.
La modificación de los hábitos alimenticios, sumado a los cambios culturales y ambientales, exacerban los efectos de la desnutrición. Los hábitos alimenticios pasaron de una alimentación «de origen local» (caza, pesca, recolección) a una alimentación suministrada desde el sur del país menos rica en «nutrientes», destacaron los expertos.
Esta «inseguridad alimentaria tiene consecuencias físicas negativas, como la desnutrición y la obesidad», dijo el informe, que también citó casos de diabetes o accidentes cardiovasculares más importantes que en el resto de la población.
OTTAWA, (AFP)