Al menos a 24 personas murieron durante enfrentamientos en un poblado del norte de India, luego de que la policía tratara de desalojar a ocupantes ilegales, informó el viernes la policía.
Desconocidos abrieron fuego desde copas de árboles mientras la policía intentaba la víspera desalojar a miles de personas de un improvisado campamento de protesta en el corazón de la ciudad de Mathura. La policía contraatacó, dejando al menos a 24 personas muertas.
Más de 370 personas fueron detenidas por su supuesta participación en la protesta, durante la cual bombonas de gas utilizadas por los manifestantes para cocinar explotaron y provocaron un incendio que dejó a 11 personas muertas, según el policía Daljit Chaudhary.
Agregó que entre los fallecidos hay dos agentes que fueron baleados cuando la violencia comenzó la tarde del jueves en Mathura, una antigua ciudad templo hindú en el río Yamuna, a unos 300 kilómetros (200 millas) al suroeste de Lucknow en el estado Uttar Pradesh. Más de 100 personas resultaron lesionadas, incluidos 23 policías que fueron hospitalizados.
«Sabíamos que tenían armas de fuego, pero no esperábamos que nos dispararan en la forma en que lo hicieron», dijo el jefe de la policía estatal, Javed Ahmed.
El conflicto llevaba gestándose unos dos años, tiempo en el cual miles de personas ocuparon un campo de 108 hectáreas (268 acres) de tierra gubernamental mientras exigían una serie de reformas radicales, incluidas abolir los puestos de presidente y premier del país, cambiar la moneda india, construir infraestructura pública y ofrecer un gran descuento al precio del petróleo.
Con el tiempo, el campo creció con carpas, chozas, equipo para cocinar y miles de hombres, mujeres y niños.
En abril, el Tribunal Superior en Allahabad ordenó a los ocupantes irse. Al negarse, la policía obtuvo una orden de la corte para desalojarlos.
Al salir los manifestantes del campo, al parecer fueron atacados con piedras por algunos habitantes de Mathura. La policía dijo que uno de los muertos fue linchado, pero los detalles del ataque no eran claros.
La policía dijo que confiscó más de 170 rifles y 40 revólveres.
El viernes, humo subía al aire de los pocos incendios que aún ardían. La policía montó guardia en las entradas al campo para evitar que gente ingresara mientras agentes continuaban buscando más armas, sospechosos y evidencia.