Suiza inauguró el miércoles una vía ferroviaria que atravesará los Alpes, a fin de facilitar el comercio y aliviar el congestionamiento del tránsito por Europa.
El Túnel Gotthard será el túnel ferroviario más largo del mundo con una extensión de unos 57 kilómetros, una titánica labor de ingeniería bajo las nevadas cimas alpinas que tardó 17 años a un costo de 12.200 millones de francos suizos (12.000 millones de dólares).
Muchos túneles surcan los Alpes Suizos, y la Vía Gotthard ya contiene dos de los cuales el primero, también para trenes, fue construido en 1882. Pero el Túnel Gotthard bate récords: le gana al Túnel Seikán de Japón (53,8 kilómetros) como el más extenso del mundo, y es el más profundo también pues su punto más hondo está a unos 2,3 kilómetros bajo tierra.
La nueva vía busca reducir los tiempos de viaje, aliviar el tránsito y reducir la contaminación al depender menos de los camiones que trasladan mercancías entre el norte y el sur de Europa. Una vez que comience su servicio comercial en diciembre, el túnel de doble vía llevará hasta 260 trenes de carga y 65 trenes de pasajeros diarios.
Los expertos suizos llevan décadas anhelando la construcción de la ferrovía. Y su impacto se hará sentir por todo el continente durante décadas.
Suiza no escatimó recursos para la fastuosa ceremonia de inauguración: estuvieron la canciller alemana Angela Merkel, el presidente francés Francois Hollande y el primer ministro italiano Matteo Renzi. Hubo bandas musicales, danzas e incluso una canción compuesta específicamente para la ocasión.
El entusiasmo de la Unión Europea no es de sorprender: el proyecto, que creará una ruta norte-sur en el centro de Suiza, ha recibido financiamiento y tecnología por parte de la UE. Aunque Suiza no es uno de los miembros del bloque, la red ferroviaria de la UE se verá beneficiada con la nueva vía que hará más cortos los viajes a través de los Alpes, especialmente en la ruta de Alemania a Italia.
«El nuevo túnel se ajusta a las necesidades de la red ferroviaria europea, que comunica a Rotterdam con Génova», declaró el presidente suizo Johann Schneider-Ammann.