La Cruz Roja Internacional advirtió que la epidemia de fiebre amarilla que sufre el país africano Angola y que se ha extendido a China podría propagarse y convertirse en una crisis mundial.
La Federación Internacional de la Cruz Roja (FICR), emitió este jueves un comunicado en el que la directora, Julie Lyn Hall, explicó que «las reservas limitadas de vacunas, los sistemas inadecuados de supervisión de las enfermedades, la mala higiene y las interacciones transfronterizas económicas y sociales cotidianas podrían transformar la crisis nacional a mundial«.
Hall advirtió del miedo de que la epidemia se extienda a los vecinos países de Namibia y Zambia, donde sus habitantes no están vacunadas contra el virus.
Dicha preocupación también la comparte la Organización Mundial de la Salud (OMS), por lo que este jueves sostiene una reunión para evaluar la amenaza que representa la epidemia y determinar si esta constituye o no una posible emergencia sanitaria de alcance internacional.
En la reunión con expertos será evaluado el nivel de amenaza, la preparación en el mundo para enfrentarla y las recomendaciones que darán.
La OMS recordó que cuatro laboratorios en el mundo fabrican entre 70 y 60 millones de vacunas anuales, de las que seis millones se destinan a casos de emergencia.
Voluntarios de la Cruz Roja están trabajando en los países afectados para concienciar a las poblaciones locales sobre la importancia de luchar contra la expansión del mosquito y acabar con todo tipo de lugares donde existan criaderos para estos insectos.
El brote comenzó en Angola, pero ya se ha expandido a República Democrática del Congo (RDC), Kenia y China a través de trabajadores asiáticos desplazados al país africano y ha aparecido otro en Uganda.
La situación más grave se da en Angola, donde se sospecha de 2 mil 267 casos, de los que han muerto 293 y 696 han sido confirmados en pruebas de laboratorio.
Más de 450 de los casos se dieron solo en la provincia de la capital, Luanda.
La fiebre amarilla es una dolencia viral transmitida por mosquitos infectados y provoca fiebre, dolores musculares, pérdida de apetito, vómitos y náuseas que pueden conducir a la muerte.