Asamblea de Ecuador, dominada por el partido oficialista Alianza País, aprobó el jueves un paquete tributario que eleva el Impuesto al Valor Agregado al 14% por un año, impone una contribución de un día de sueldo para quienes ganan más de 1.000 dólares e impuestos al patrimonio de las personas y a las utilidades.
Con 94 votos de asambleístas del partido de Gobierno, y 26 en contra, se aprobó la denominada Ley de Solidaridad para los afectados por el terremoto que el 16 de abril devastó ciudades de la costa central de Ecuador.
Ello se suma a la decisión del Gobierno de vender activos estatales como una central hidroeléctrica, un banco y varios medios de comunicación con el propósito de obtener fondos frescos.
El Gobierno espera recaudar 1.090 millones de dólares con este paquete de impuestos. Una estimación preliminar del presidente Rafael Correa dijo que el terremoto dejó daños por 3.000 millones de dólares.
El legislador del partido Social Cristiano, de centro derecha, Luis Fernando Torres, dijo que este nuevo paquete castiga a los inversionistas por lo que «sería mejor tener el dinero en paraísos fiscales que en el Ecuador«.
Añadió que «parecería que es un pretexto el dolor de las personas de Manabí y Esmeraldas para subir impuestos».
El paquete tributario establece que el Iva suba del 12 al 14%, impone contribuciones de 0,90 a 1,8% del patrimonio de mínimo un millón de dólares, un 3% de las utilidades y sobre bienes inmuebles y derechos representativos de capitales existentes en el Ecuador y de propiedad de sociedades constituidas en paraísos fiscales.
Los ciudadanos que ganen más de 1.000 dólares deberán entregar un día de sueldo por un mes progresivamente hasta quienes ganen 8.000 o más, que tendrán que aportar un día de sueldo por ocho meses, entre las principales decisiones.
Los combustibles quedaron exentos del pago del nuevo Iva, mientras que se elimina el impuesto del 5% a la salida de divisas y a las importaciones destinadas a los afectados por el terremoto.
El 16 de abril, Ecuador registró un potente temblor de tierra de magnitud 7,8 que dejó 660 fallecidos, miles de albergados y graves daños en el perfil de la costa central de Ecuador y principalmente en ciudades como Manta, Portoviejo y Pedernales.