El ministerio de Salud de Brasil confirmó la existencia de 1.326 casos de microcefalia en recién nacidos asociados al virus del Zika en todo el país, lo que supone 55 nuevos casos desde el último informe presentado hasta la fecha, el pasado 30 de abril.
Este dato supone un incremento del 4,3 % en los últimos diez días, cuando fueron notificados 1.271 casos, según el boletín periódico sobre esta enfermedad publicado por la cartera de Salud.
Las autoridades sanitarias aún investigan otros 3.433 casos posibles de microcefalia que podrían estar relacionadas con este virus y han descartado 2.679 notificaciones, bien porque no se constató la malformación en los bebés o bien porque esta no fue causada por agentes infecciosos.
De acuerdo con el boletín epidemiológico del ministerio publicado este miércoles, hasta el momento se ha confirmado en 205 casos la relación entre esta malformación y el zika, mientras que en los restantes el vínculo entre la enfermedad y el virus todavía no ha sido completamente corroborado.
Asimismo, desde que las autoridades comenzaron a registrar todos los casos, el pasado mes de octubre, se han contabilizado en el país 262 muertes que podrían deberse a la microcefalia o a otras alteraciones del sistema nervioso.
En 56 de estos óbitos ya se confirmó el vínculo con la enfermedad, mientras que en 32 esta relación fue descartada. Los restantes 174 casos continúan bajo investigación.
Solo dos de los estados del país suramericano, Pará (sureste) y Santa Catarina (centro oeste), no han tenido hasta el momento ningún caso confirmado.
Un 89,7 % de los casos de microcefalia se concentra en el noreste de Brasil, en especial en los estados de Pernambuco y Bahía, donde se registraron 351 y 237 casos confirmados, respectivamente.
El virus del Zika, al igual que el dengue y el de la fiebre chikunguña, son transmitidos por el mosquito «Aedes aegypti», que es común en la región de América Latina y el Caribe.
Brasil es uno de los países más afectados por el zika y donde se han notificado más casos de microcefalia en recién nacidos, supuestamente relacionados al virus.
El Gobierno brasileño decretó el estado de emergencia sanitaria el pasado noviembre y la OMS declaró el 1 de febrero pasado una emergencia sanitaria de interés internacional por la rápida propagación del zika.