Científicos se asoman al interior de cerebros vivos para observar por primera ocasión el momento en que un dueto tóxico de placas neuríticas y ovillos interactúan para generar alzhéimer, y esos ovillos pueden pronosticar los primeros síntomas, un hallazgo que podría mejorar los tratamientos.
No es claro cuál es la causa del alzhéimer. Su sello más distintivo es el amiloide pegajoso que se forma en placas que cubren los cerebros de pacientes, pero la gente puede acumular mucha de esa materia antes de perder la memoria.
Ahora una tomografía por emisión de positrones (PET) muestra que el coconspirador de esas placas el ovillo que produce la proteína tau marca mejor el declive cognitivo del paciente y el inicio de síntomas que el amiloide por sí sólo. Es particularmente cierto cuando la tau se extiende en una región particular del cerebro que es importante para la memoria, reportaron el miércoles los investigadores en la revista Science Translational Medicine.
La placa «comienza a montar la escena y tau es casi el verdugo», dijo el doctor Beau Ances de la Universidad de Washington en St. Louis, quien dirigió al equipo.
El nuevo estudio es muy pequeño y se requiere más investigación para confirmar los hallazgos, pero enfatiza la importancia de desarrollar medicamentos que podrían atacar tanto la acumulación de amiloide como de la tau. Los investigadores esperan que algún día esto ayude a que gente sana, pero en riesgo, prevenga los primeros síntomas del alzhéimer.
Unas 5 millones de personas en Estados Unidos viven con la enfermedad, un número que se pronostica que se podría duplicar par el 2050 conforme envejezca la población. Los medicamentos actuales sólo alivian temporalmente los síntomas, y hallar nuevos es complicado por el hecho de que el alzhéimer discretamente daña el cerebro una década o dos antes de que aparezcan los síntomas.
Los médicos saben desde hace mucho que adultos mayores almacenan placas de amiloides que aumentan su riesgo de desarrollar alzhéimer, pero no garantizan que tendrán la enfermedad. La teoría más reciente: el amiloide causa riesgo, pero tau empuja a los pacientes al borde.