El presidente Salvador Sánchez Cerén aseguró el sábado que las medidas extraordinarias que impulsa su gobierno para combatir la criminalidad ya están dando resultado, logrando desarmar la coordinación que tales grupos tenían en las prisiones. Los cuerpos de seguridad han comenzado a tomar control de los territorios donde operan estas estructuras criminales.
«Hemos desarmado el comando de coordinación que tenían los grupos de pandillas en los centros penales», afirmó el mandatario en un acto público de su gobierno en el municipio de Chalchuapa, a 78 kilómetros al noroeste de la capital.
Luego de una matanza de 11 trabajadores que estremeció al país y que las autoridades atribuyeron a las pandillas, el gobierno puso en marcha una serie de medidas extraordinarias que arrancaron al decretar estado de emergencia en siete cárceles y aislaron a los cabecillas de estos grupos criminales.
Días después la Asamblea Legislativa aprobó un paquete de medidas extraordinarias que afectan el sistema penitenciario y autorizó a las autoridades para someter a aislamientos severos a estos criminales. También le otorgó mayores facultades al gobierno para evitar las llamadas telefónicas desde los centros penales y se aprobaron medidas severas para las empresas telefónicas que no acaten la orden de bloquear las señales en los alrededores de las cárceles.
Las autoridades sostienen que las órdenes de homicidios, extorsiones y otros delitos salen de las prisiones donde se encuentran los principales cabecillas de las maras o pandillas.
Sánchez Cerén destacó que con el estado de emergencia en las cárceles, «hemos hecho requisas en los centros penales y en esas requisa hemos encontrado más de 580 celulares que hemos decomisado», como parte del esfuerzo de cortar las comunicaciones de los cabecillas de las pandillas para trasladar las órdenes a sus estructuras en las calles.