La policía antidisturbios de París arrestó a 27 personas durante enfrentamientos nocturnos con decenas de jóvenes ocurridos en el centro de París, tras un día de marchas en reclamo por reformas a la ley laboral que terminaron en episodios de violencia.
Algunos legisladores de la oposición y representantes sindicales de la policía instaron al Gobierno a actuar enérgicamente contra las manifestaciones y dijeron que era hora de prohibir directamente las protestas juveniles -que en su mayoría son pacíficas- en la zona donde se produjeron el jueves por la noche las escaramuzas.
Los enfrentamientos ocurrieron cuando la policía avanzó para retirar a un grupo de alrededor de 150 jóvenes de la plaza del Palacio de la República, en la madrugada. Los manifestantes incendiaron automóviles y algunos arrojaron pedazos de concreto y adoquines a la policía.
Veinticuatro de los 27 detenidos quedaron bajo custodia, informó la policía. «Estas son, en su mayoría, personas que buscaban pelea», dijo el portavoz del Ministerio del Interior, Pierre-Henry Brandet.
Los arrestos se producen en momentos en que las fuerzas policiales y militares francesas están trabajando tiempo extra para reforzar la seguridad tras los ataques letales de militantes extremistas en noviembre del 2015 en la capital.
Decenas de miles de personas salieron a las calles en todo el país el jueves para manifestarse contra reformas a la ley laboral que apuntan a facilitar las contrataciones y los despidos. En el marco de las protestas, se produjeron algunos enfrentamientos violentos en varias ciudades.
El ministro del Interior, Bernard Cazeneuve, dijo que 214 personas fueron arrestadas en total. Setenta y ocho policías resultaron heridos, uno de ellos de gravedad por una fractura de cráneo causada por un adoquín. El prefecto Michel Cadot de la policía de París señaló que grupos organizados estaban detrás de la violencia.
Algunos representantes sindicales de la policía instaron a los jefes de la fuerza a emitir menos permisos de protesta. El Gobierno francés condenó la violencia pero, a un año de los comicios nacionales, parece querer evitar los toques de queda que podría imponer bajo el estado de emergencia que rige tras los ataques de noviembre.