El primer ministro del nuevo gobierno de unidad de Libia anunció la puesta en marcha de una estrategia «nacional» para combatir a la organización yihadista Estado Islámico (EI), implantada principalmente en la ciudad de Sirte.
«En concreto, hemos empezado a poner en marcha una estrategia y un proyecto nacional para poner fin a esta plaga», declaró Fayez al Sarraj en un discurso retransmitido el jueves por la noche.
Sarraj destacó que el EI debía «ser destruido por los libios y no por una (…) intervención extranjera» para preservar «la soberanía de Libia«.
Instalado en Trípoli, el nuevo gobierno de unidad que intenta activar Sarraj tiene el apoyo de la ONU y de numerosos países, principalmente occidentales, que se declararon dispuestos a apoyarle en su lucha contra el grupo yihadista Estado Islámico.
Sin embargo, el este del país sigue controlado por una autoridad paralela con fuerzas armadas que le son leales, comandadas por el general Jalifa Haftar.
El nuevo ejecutivo teme que Haftar lance una ofensiva unilateral contra el EI en Sirte, lo que podría provocar enfrentamientos entre los diferentes grupos armados que podrían derivar en una guerra civil.
A pesar de que su legitimidad todavía no ha sido ratificada con una votación en el parlamento reconocido por la comunidad internacional e instalado en Tobruk (este), el gobierno de unidad, fruto de un acuerdo firmado a finales de 2015 en Marruecos por rivales libios, se autoproclamó en marzo.
Según fuentes francesas y estadounidenses, el grupo EI cuenta con entre 3.000 y 5.000 combatientes en Libia.