Arqueólogos peruanos y japoneses descubrieron un nuevo geoglifo cerca de las Líneas de Nazca, en el sector oeste de las pampas de Nazca, situadas en la región peruana de Ica, a unos 450 kilómetros al sur de Lima, capital del país.
De acuerdo con autoridades del Sistema de Gestión para el Patrimonio Cultural del Territorio Nazca y Palpa, el nuevo geoglifo tiene unos 30 metros de longitud y unos 2.000 años de antigüedad.
La figura, localizada a 15 kilómetros de las Líneas de Nazca, aún no ha sido identificada por lo poco reconocible de su forma, pero los arqueólogos creen que representa a un ser «imaginario».
El equipo responsable del hallazgo está liderado por el investigador japonés Mazato Sakai, de la Universidad de Yamagata de Japón.
Autoridades peruanas informaron que el geoglifo es uno más de los dibujos menos visibles que se pueden encontrar a los alrededores de las Líneas de Nazca.
Un siglo después de su descubrimiento, las impresionantes Líneas de Nazca siguen envueltas en el misterio, despertando interrogantes en el mundo científico, a la vez que son visitadas cada vez más por los turistas.
La teoría más difundida, suscrita por la notable investigadora María Reiche, sostiene que se trata de los vestigios de un calendario que registraría los más importantes acontecimientos astronómicos que en su momento llegaron a observar sus creadores.
Sus creadores, en este caso, fueron los nazcas, es decir, los súbditos del reino que les dio su nombre y que se habría desarrollado en la costa sur del Perú, dentro de los linderos de la actual región Ica, entre los años uno y 650 de esta era.
La árida y desértica pampa que contiene estas líneas se halla entre las localidades de Nazca y Palpa y su extensión se calcula entre 50 kilómetros de largo por 10 kilómetros de ancho.
Lo primero que llama la atención al visitante son las enormes dimensiones de las líneas y figuras y la perfección de su trazo, las cuales sólo pueden observarse desde una gran distancia y desde una gran altura.
Lo más representativo son los dibujos de animales, como aves de entre 259 y 275 metros de largo como colibrí, cóndor, garza, grulla, pelícano, gaviota, loro y otros, así como el mono, la araña, el caracol, la lagartija y una ballena de 27 metros, entre otros.
Son tan impresionantes y enigmáticas estas líneas que no han faltado versiones que han atribuido su diseño a «los extraterrestres» y hasta ha habido personas que han pretendido hacer creer que han visto objetos voladores no identificados (Ovnis) aterrizando en sus arenales.