Las manecillas de los relojes se adelantarán media hora en Venezuela. Cambio de horario, centros comerciales a media luz, asuetos y jornadas laborales reducidas muestran la severa crisis de electricidad generada por el fenómeno El Niño en este país petrolero.
«La decisión que ha tomado el presidente (Nicolás Maduro) es volver al huso horario de cuatro horas menos con respecto al meridiano de Greenwich», anunció el ministro para la Educación Universitaria, Ciencia y Tecnología, Jorge Arreaza.
Venezuela regresa así al horario que existía hasta el 9 de diciembre de 2007, cuando el fallecido presidente Hugo Chávez (1999-2013), fijó la hora en -04H30 GMT.
Acompañado de los ministros de Educación y Energía, Arreaza precisó la decisión que anunció el jueves el propio Maduro, como parte de un plan especial que emprendió el gobierno para enfrentar la sequía, que mantiene en niveles críticos los 18 embalses del país.
«Va ser tan sencillo como adelantar media hora el reloj, esto va a permitir que podamos aprovechar mejor la luz del día, de manera que no va a atardecer tan temprano», agregó Arreaza.
El ministro comentó que es en las noches, cuando la gente regresa del trabajo, jornadas de estudio y otras actividades, el momento en que se encienden las luces y los aires acondicionados, altos consumidores de energía.
Maduro ha llamado a la población a que apoye su plan por la gravedad del fenómeno climático, pero la oposición sostiene que el gobierno socialista no ha invertido en obras de mantenimiento de las hidroeléctricas y termoeléctricas y no previno la situación.
Las medidas de ahorro energético del gobierno fueron consideradas por el presidente del Parlamento, Henry Ramos Allup, como un «disparate».
Pero Maduro aseguró que las aplica para no tener que recurrir a aumentos de las tarifas del servicio de agua y electricidad, altamente subsidiados en Venezuela, y evitar racionamientos programados.
Analistas económicos aseguran que las medidas adoptadas hasta ahora afectan la productividad de un país en aguda crisis económica, con la inflación más alta del mundo (180% en 2015) y escasez de alimentos.
Festivos venezolanos
Como un «puente de ahorro energético», el presidente también decretó el lunes 18 de abril día no laborable para el sector público (incluidos colegios y universidades), aprovechando que el martes es feriado por fiesta patria.
La semana pasada había dispuesto que los viernes fueran asueto en el sector público, durante los próximos dos meses, por lo que los funcionarios recién volverán al trabajo el próximo miércoles.
Maduro ya había bajado el horario laboral a seis horas diarias en ministerios y empresas públicas, y decretado la Semana Santa como no laborable para el sector público y privado, lo cual, señaló, ha permitido ahorrar energía.
Algunos empleados, sin mucho dinero para pasear, dedican estas jornadas reducidas y asuetos a los quehaceres de la casa y a hacer fila en los supermercados.
La semana pasada, Maduro ya había extendido a nueve horas diarias el racionamiento eléctrico para grandes consumidores -como los hoteles- que deben generar su propia energía, una medida que arrancó en febrero con cuatro horas, y llevó a centros comerciales a acortar su horario de atención.
«El presidente Maduro está haciendo todo lo posible para evitar racionamientos programados. Ojalá no tengamos que llegar hasta allá, pero que dependa más de cada uno de nosotros en el ahorro que hagamos, también los grandes consumidores», comentó Arreaza.
La Central Hidroeléctrica El Guri, principal embalse ubicado en el estado de Bolívar (sureste) y que suministra el 70% de la electricidad que consume el país, está apenas 3,66 m por encima del nivel mínimo de 240 m sobre el nivel del mar.
«Hay que enfrentar este fenómeno extremo de sequía que en promedio ha aumentado 1,5 grados centígrados este 2016, cantidad que se esperaba para 10 años. En el Guri como epicentro ha aumentado 3 grados centígrados, es casi una tragedia ambiental y tenemos que adaptar todas nuestras formas de vida», añadió Maduro.
Arreaza apuntó que el presidente tomó esta medida amparado en un decreto de emergencia económica, en vigor desde enero, aunque fue rechazado por el Parlamento de mayoría opositora.
«Es una crisis importante. Los expertos dicen que las lluvias van a tardar todavía un poco más en entrar», advirtió.