Madre e hija se reúnen por medio de Facebook

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«Hace cuatro años, cuando la gente me preguntaba si estaba casada y si tenía hijos, mis respuestas eran claras: ‘Sí’ a la primera y ‘no’ a la segunda, porque mi marido estaba vivo y el bebé recién nacido que había colocado en adopción cuando era una adolescente aún no me había encontrado en Facebook», narra la mujer su historia en una columna en la revista ‘The New York Times’.

Los primeros meses tras la muerte de su marido en 2009 fueron los más duros, momento en que Tre empezó a desahogar su dolor en sus cuenta de Facebook y Twitter.
la pérdida de mi esposo hizo aún más profunda mi alegría al encontrar de mi hija
«Lo que comenzó como catarsis evolucionó en una narración pública, y entre los seguidores de mi historia había una adolescente en Carolina del Norte», escribe Tre.

En 2011 la adolescente se hizo una seguidora suya y se hicieron amigas en Facebook. Tre no se dio cuenta del «histórico momento» ante el que se hallaba, hasta que no abrió la página de su nueva amiga, Laurie.

«Cuando hice ‘clic’ en el chat, su página de perfil se abrió y me di cuenta exactamente de quién era Laurie. Era mayor que en las últimas fotos que sus padres adoptivos me habían enviado, pero tenía los oscuros ojos filipinos de su padre y la estructura ósea irlandesa de mi familia. Su pelo era mi castaño natural, que llevaba largo y liso, y que tenía cuando conocí a su padre biológico en California».

Tre explica que supo que estaba embarazada varias semanas después de que cortara con el padre biológico tras una relación de tres meses.

«La maternidad soltera y el aborto me daban más miedo que el embarazo, pero la adopción me impactó como una variante justa», dice Tre. Se mudó a la pequeña ciudad Moscow, Idaho, donde encontró a los padres adoptivos para su hija. Durante 17 años supo de ella a través de fotos y cartas que le mandaban sus padres adoptivos.

El encuentro con su hija le ha dado la vida a Tre, con quien Laurie comparte ahora los alegres y amargos momentos de su vida. «Llegar a ser viuda y luego madre, por ese orden, no es cómo yo imaginaba que se desarrollaría mi vida de treinta y tantos años. Sin embargo, la pérdida de mi esposo hizo aún más profunda mi alegría al encontrar de mi hija», escribe Tre.

Extraído de agencias internacionales / Cristhian Carrión