La preocupación del favorito para la nominación presidencial republicana, Donald Trump, sobre cómo se asignan los delegados se convirtió en un furor el lunes, al acusar a la campaña de su rival, Ted Cruz, de comprar votos tras su victoria del fin de semana en Colorado.
El multimillonario neoyorquino, que lidera el recuento de delegados tras ganar la mayoría de las primarias estatales, se opone a la estrategia del senador por Texas de usar las reglas estatales del partido para lograr más delegados con la esperanza de ganar la nominación en una convención negociada en julio.
La campaña de Ted Cruz ha funcionado de forma eficiente en estados que tienen un sistema complejo de asignación de delegados, como Colorado, donde obtuvo 34 delegados en la convención estatal republicana del sábado.
«La gente ahí fuera se está volviendo loca, en la zona de Denver y en el mismo Colorado«, comentó Donald Trump en Fox News. «Se están volviendo totalmente locos porque no se les dio ni un voto. Esto fue culpa de los políticos, es un acuerdo fraudulento», agregó.
La campaña de Trump amplificó las quejas sobre el sistema de asignación de delegados, que varía de estado a estado, ante la perspectiva de que una convención republicana disputada decida finalmente el nombre del nominado del partido para la elección presidencial del 8 de noviembre.
El equipo de Ted Cruz no respondió de inmediato a las peticiones para comentar las últimas acusaciones de Trump, pero la portavoz Catherine Frazier dijo el domingo a CNN: «Una nueva frustración de Trump, que sigue con sus pataletas cada vez que pierde. Estamos ganando porque hemos hecho el trabajo duro de construir una organización superior».
Un candidato republicano necesita 1.237 delegados para lograr la nominación y evitar una batalla en una convención abierta, que podría implicar varias rondas de votaciones para los delegados. Trump tiene 743 delegados, mientras Cruz lleva 545, según un recuento de Associated Press.
Los republicanos de Colorado defendieron su proceso de votación en la mañana del lunes en Twitter, retuiteando una publicación del comentarista Ari Armstrong, que calificó el sistema como «representativo». «Alegar que los delegados fueron ‘robados’ insulta a los republicanos que participaron», escribió Armstrong en el mensaje retuiteado.