Desde los cinco dólares que cobran algunas prostitutas por acto sexual hasta los 33.000 dólares por semana que llega a embolsarse un proxeneta, un estudio divulgado el miércoles pasa revista a la industria del sexo en Estados Unidos.
En el trabajo se estudian los métodos de gestión, la rivalidad, el reclutamiento y las asociaciones como si se tratara de una industria tradicional, en las ciudades de Atlanta, Dallas, Denver, Kansas City, Miami, Seattle, San Diego y la capital, Washington.
Un proxeneta norteamericano puede ingresar entre 5.000 y 33.000 dólares semanales, indican los proxenetas entrevistados, todos hombres.
Cerca de 20% de los proxenetas exige una cantidad diaria de dinero, que va de 400 a 1.000 dólares. Cuando no alcanzan esa cantidad, las mujeres deben volver a la calle, sostiene un testimonio.
Los proxenetas prefieren a las mujeres blancas, más solicitadas según ellos, y las chicas más jóvenes y, por tanto, «más fáciles de manejar».
Son numerosos los proxenetas que prohíben el consumo de drogas duras a las prostitutas.
En muchas ciudades el comercio sexual genera más dinero que el de la droga.
No faltan las asociaciones para el lucro con propietarios de hoteles e incluso con las fuerzas del orden. «Entre el 5 y el 10% de mi clientela son policías», dice un proxeneta, que evoca el chantaje de las detenciones por parte de los policías.
WASHINGTON, (AFP)