El papa Francisco lavará los pies a 12 jóvenes refugiados de varias nacionalidades que han pedido asilo a Italia durante la misa del Jueves Santo, un gesto para Europa centrada en contener el flujo sin precedentes de migrantes que huyen de las guerras y el hambre. Como es tradición, el papa lavará los pies de doce personas en memoria del lavatorio de los pies realizado por Jesús a 12 apóstoles y narrado en la Biblia.
Desde que fue elegido pontífice en el 2013, el papa Francisco decidió acudir a la cárcel para lavar los pies a detenidos, mujeres y hasta a musulmanes.
Este año se trasladará a la localidad de Caltelnuovo di Porto, pequeño pueblo al norte de Roma, donde se encuentra un centro que aloja a cerca de 600 solicitantes de asilo.
«Va a ser un mensaje simple pero elocuente. La visita estará acompañada por el rito del lavatorio de los pies«, precisó el arzobispo italiano Rino Fisichella, entre los organizadores.
«El papa quiere llamar la atención sobre ese problema», dijo.
Desde hace meses, el pontífice argentino, hijo de inmigrantes italianos, ha multiplicado sus llamados a los países europeos para que abran sus fronteras a los refugiados.
Más de un millón de migrantes llegaron a Europa desde enero de 2015, provocando la peor crisis migratoria en Europa desde 1945.
La mañana de este martes el papa Francisco también condenó la violencia ciega de los atentados en el aeropuerto y el metro de Bruselas y ora por las víctimas, que según un saldo provisional es de al menos 34 muertos y decenas heridos.
El Santo Padre condena de nuevo la violencia ciega que engendra tantos sufrimientos e implora a Dios por el don de la paz, escribió en un telegrama en el que confía a la misericordia de Dios a los que han perdido su vida y se une con oraciones al dolor de los familiares.