El aspirante presidencial estadounidense Donald Trump, favorito entre el electorado conservador, presentó este lunes su equipo de asesores en materia de política externa, en una jornada en que fue duramente criticado por sus cambiantes posiciones sobre Israel. Trump se encontraba bajo fuerte presión de los otros candidatos y de parte de la prensa local para que explicite sus posiciones centrales sobre el papel de Estados Unidos en el mundo y las bases de sus propuestas de política externa.
Durante una entrevista con los editores del diario Washington Post, Donald Trump mencionó varios nombres de asesores que le brindan apoyo en cuestiones de diplomacia.
En cuestiones de estrategias antiterroristas, por ejemplo, mencionó a Walid Phared, un académico de quien la revista Mother Jones aseguró en 2011 haber tenido vínculos con llamados ‘señores de la guerra’ cristianos en la guerra civil en el Líbano.
En tanto, para cuestiones de defensa en el ámbito internacional Trump tiene la asesoría de Keith Kellogg, un ex oficial de las Fuerzas Armadas que participó en los meses iniciales de la ocupación estadounidense en Irak.
Donald Trump también mencionó a Joe Schmitz, quien durante el gobierno de George W. Bush actuó en el Pentágono y posteriormente, según el Washington Post, actuó como ejecutivo del grupo armado privado Blackwater, indicado generalmente como un ejército de mercenarios.
El listado de asesores incluye también a Carter Page y George Papadopoulos, expertos en cuestiones de energía y quienes al inicio de esta campaña presidencial auxiliaban a otro candidato, el médico Ben Carson.
La jornada coincidió con severas críticas que la también aspirante presidencial Hillary Clinton formuló contra Trump durante un discurso ante la Comité Estadounidense Israelí (AIPAC, en inglés).
Al referirse a la posición que Washington debe adoptar con relación a Israel, Clinton dijo que son necesarias «manos firmes, no un presidente que el lunes dice que es neutral, pro Israel el martes y quién sabe qué dirá el miércoles porque piensa que todo es negociable».
Durante un debate entre aspirantes Republicanos, realizado en enero, Trump sugirió que sería aconsejable que Estados Unidos evite tomar partido en las negociaciones entre Israel y los palestinos.
Ante representantes de la comunidad judía estadounidenses, Clinton dijo que Estados Unidos debía elegir «un presidente con un profundo compromiso personal con el futuro de Israel».