El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, exhortó este jueves a los países que suministran cascos azules a que repriman severamente los casos de abuso sexual. Durante un debate en el Consejo de Seguridad dedicado a los repetidos escándalos sexuales en las misiones de mantenimiento de la paz, recordó que incumbe a esos países denunciar ante la justicia culpables.
«La justicia exige que los países miembro asuman (esta) responsabilidad», afirmó. «Esperamos que impongan sanciones a la altura de la gravedad del delito».
Un reciente informe de la ONU demuestra que las acusaciones de abusos y explotación sexuales en las misiones están en «claro aumento», sobre todo en República Centroafricana, y que las sanciones dispuestas por las autoridades nacionales son livianas.
La ONU ha tomado una serie de medidas, incluida la identificación por primera vez de los países de los que son originarios los soldados o policías sospechosos. Pero, destacó Ban, es necesario que los países que contribuyen con cascos azules «investiguen rápida y minuciosamente tales acusaciones y que los autores sean debidamente castigados».
Estados Unidos presentó en el Consejo de Seguridad un proyecto de resolución que prevé repatriar contingentes enteros de cascos azules sospechosos de abusos sexuales, tal como ya ha hecho la ONU con unidades congoleñas que operaban en República Centroafricana.
De acuerdo con la embajadora estadounidense ante la ONU, Samantha Power, los escándalos sexuales «minan la credibilidad de las misiones y de la ONU». «Demasiado a menudo las acusaciones quedan en las sombras (..) y el sistema actual es opaco», se lamentó.
Pero las discusiones no llegan a ninguna parte. según diplomáticos. Y más allá de la indignación moral, el debate del jueves confirmó que varios de los 15 países del Consejo se mantienen reticentes a tomar medidas drásticas.
El embajador egipcio, Amr Abdellatif Abulatta, se declaró «firmemente opuesto a una política de castigos colectivos». «Unas decenas de casos» de abusos sexuales «no deben ser usadas para atacar a los países contribuyentes (de cascos azules) ni manchar su reputación».
Por su parte, el embajador adjunto de Rusia, Petr Iliichev, estimo que el asunto no era competencia del Consejo, porque no concernía directamente al mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales.