El papa Francisco impuso nuevas normas de control financiero a los multimillonarios procesos de canonización del Vaticano el jueves tras la publicación de importantes irregularidades en dos libros. Las nuevas directivas requieren vigilancia externa sobre las cuentas vaticanas creadas para las causas de canonización así como la elaboración de presupuestos y apuntes contables para asegurar que las donaciones se emplean correctamente.
Las reformas se imponen tras el trabajo de la comisión de investigación encargada por Francisco para conocer los gastos del Vaticano. Dos libros escritos por periodistas italianos, basado en documentos confidenciales de la Santa Sede, revelaron que los procesos de canonización generan cientos de miles de euros por cada candidato pero no cuentan con una supervisión financiera real.
Los libros estimaron el coste medio de cada causa de beatificación en unos 500.000 euros (550.000 dólares). Gran parte de esos fondos van a parar a unos cuantos afortunados con contratos para elaborar las largas investigaciones sobre las vidas de los candidatos.
Mientras los candidatos que inspiran a donantes ricos enfrentan un proceso más corto, los de los que tienen devotos menos pudientes languidecen en el tiempo.
Las nuevas normas exigen que se nombre un administrador para cada causa, que debe «respetar escrupulosamente» la intención de cada donación. El responsable debe mantener al día un registro que contemple los gastos y las donaciones, preparar un presupuesto anual y estará sujeto a la supervisión del obispo local o de un superior en el escalafón religioso. Este será el encargado de aprobar el presupuesto anual y enviarlo a la Congregación para las Causas de los Santos, la oficina vaticana encargada de revisar los aspirantes a la canonización, investigar sus milagros y preparar los casos antes de la decisión final del pontífice.
Ahora se establece además un mecanismo por el que cada causa paga a la congregación por sus servicios cuando haya concluido la beatificación o canonización, aunque no especifica la cantidad. Una vez que el candidato se convierte en santo, el departamento decide qué hacer con el dinero sobrante, que podría ir a una cuenta para financiar los procesos con menos apoyos, según las normas.
La Iglesia católica crea santos para dar a los fieles modelos de conducta. El procedimiento es secreto y está abierto a las críticas, ya que investiga milagros que desafían la ciencia y muchas de las decisiones son claramente políticas. El papa Juan Pablo II canonizado en tiempo casi récord en 2014 creó 482 santos en sus 25 años de pontificado, más que todos sus predecesores juntos.
En los primeros años de la Iglesia, se canonizaba gente por decreto papal o aclamación popular. A lo largo de los siglos el proceso se ha vuelto mucho más complejo, legalista, prolongado y costoso.