El neurocirujano retirado Ben Carson, que se ha caracterizado por un mensaje profundamente conservador, sosegado y alejado del insulto, anunció este viernes que abandona la carrera republicana a la Presidencia de EE.UU. por el tono estridente y polémico de la campaña de sus rivales en el partido.
«Aunque me vaya de la carrera seguiré fuertemente implicado en ella», anunció Carson, sin apenas alzar la voz, dejando sólo cuatro candidatos republicanos en la contienda: el magnate Donald Trump, el senador por Texas Ted Cruz, el senador por Florida Marco Rubio y el gobernador de Ohio, John Kasich.
El neurocirujano retirado confirmó así lo que estaba en boca de todos: que se aparta de la disputa presidencial porque «no tiene opciones matemáticas» de lograr la nominación a la Casa Blanca al haber conseguido solamente ocho delegados de los 1.237 necesarios para obtener la nominación republicana. «Para tener opciones en esta campaña necesitabas gritar y criticar a los otros. Yo era así, pero en la escuela. Allí era capaz de hablar bien alto y pensar en insultos. Pero ahora las cosas que nos afectan son demasiado importantes», explicó entre aplausos de sus seguidores.
Carson proclamó su retirada en el discurso que ofreció durante la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC), una convención republicana que sirve de termómetro para medir la intención de voto de las bases que se celebra estos días al sur de Washington.
El médico, uno de los candidatos ajenos al mundo de la política de esta campaña, decidió salir de la batalla al conocer los pobres resultados de este supermartes , cuando votaron una docena de estados, para «no interferir en el proceso de las primarias».
El ya excandidato pidió a sus seguidores que ahora no se queden en casa y voten por otro conservador para no beneficiar a los demócratas.
«Si dejamos que escojan a otro progresista laico como presidente, estamos abandonando el futuro de nuestros nietos», insistió.
Carson, de 64 años y único aspirante negro a la Presidencia en 2016, no ha ganado un solo estado y sus mejores resultados los obtuvo en Alaska, donde consiguió un 10,9 % del voto.
Con estos números sobre la mesa, el neurocirujano retirado anticipó que no veía futuro en su carrera presidencial, rechazó participar en el debate republicano que tuvo lugar anoche en Detroit (Michigan) y avanzó que hablaría de su futuro político en la conferencia conservadora de este viernes.
«Lo conocimos hace dos semanas y nos pareció un hombre extraordinario. Es una pena que no tenga opciones», explicó a Efe Sandy Williamson, un jubilado que ha viajado desde Georgia con su mujer para asistir a la feria republicana. «Pero hace lo correcto para el país, porque es un buen hombre», agregó Williamson.
Su discurso estaba programado justo después del de otro precandidato presidencial, el senador Ted Cruz, considerado por muchos como la mejor opción para liderar el frente contra el magnate neoyorquino Donald Trump.
Por este motivo, la mayoría de los asistentes a la conferencia tenían más interés en escuchar las palabras de Cruz, que aunque está lejos del aparato del partido (forma parte del Tea Party), aspiró a ganarse a las jóvenes bases republicanas en la conferencia. «Ahora mismo, estoy en cualquier tren excepto el de Donald Trump», explicó a Efe Julie Sullivan, que vive en Massachusetts. «Espero que Cruz pueda convencer al aparato del partido, a primera vista parece complicado, pero tal y como está Trump en este momento no nos queda otra opción. Carson está muy fuera», agregó Sullivan.
No siempre fue así. El neurocirujano encabezó de manera inesperada la batalla presidencial del Viejo Gran Partido (Grand Old Party, como se conoce a la formación en EE.UU.) durante un tiempo con el mismo discurso alejado de las estridencias que ahora le ha empujado a abandonar la batalla, liderada por Trump.
El empresario anuló su participación en la convención republicana, algo que no gustó nada a la organización del CPAC, que le acusó de «poco conservador».
Por el contrario, Carson tenía un fuerte respaldo entre los votantes evangélicos y cristianos renacidos, que conforman un sólido e influyente sector del ala más conservadora del partido republicano.
Carson ha recaudado 58 millones de dólares sin contar con comités de acción política desde que anunció su participación en la carrera, más que cualquier otro candidato de su partido.
Sin embargo, la mayoría de este dinero lo ha destinado a consultores y no a publicidad u otros gastos de campaña.