Biólogos marinos buscan desentrañar el misterio que rodea la aparición de 23 delfines sin vida con extrañas marcas en los hocicos en las costas de Argentina, en el último de una larga lista de trágicos episodios que involucra a esta especie en peligro de extinción. Se trata de delfines Franciscana, una de las especies más amenazada de las costas de Argentina, Brasil y Uruguay, con un total de 40.000 ejemplares.
La Fundación Mundo Marino reportó en un comunicado que la semana pasada su equipo de rescate encontró a los ejemplares, en su mayoría adultos, varados y sin vida en las playas de los balnearios de Mar de Ajó, La Lucila, Aguas Verdes, Santa Teresita, Las Toninas y San Clemente del Tuyu, situados al sur de Buenos Aires.
Detalló que la mayoría de los delfines presentaban «marcas de redes en sus hocicos», pero que «de acuerdo a nuestra experiencia podemos decir que la pesca artesanal no trae consecuencias de semejante magnitud».
Los científicos comenzaron a realizar las necropsias para determinar las causas de la mortalidad masiva.
«Nos llama la atención el número y que sea en simultáneo», explicó a AP Gloria Veira, portavoz de Mundo Marino. «Esta no es una especie que va por voluntad propia hacia las costas, algo los lleva a hacerlo».
El cambio climático y la pesca a gran escala –los delfines son dañados por de los redes– son las hipótesis que manejan los biólogos marinos.
A mediados de febrero delfines de esta misma especie también aparecieron moribundos en las playas, en ese momento plagadas de turistas por el receso estival. Uno de los delfines, al parecer todavía con vida, fue sacado del agua y rodeado de personas que comenzaron a tomarse fotos con él, lo cual generó una ola de repudio en redes sociales y la intervención de un fiscal para determinar si hubo delito de maltrato animal.
Según Veira, en lo que va de este año aparecieron muertos 33 delfines, una cifra muy por encima del promedio anual de mortandad.
La Franciscana es la especie más amenazada de las costas de Argentina, Brasil y Uruguay, con un total de 40.000 ejemplares.
Diversos estudios estiman que de mantenerse los actuales niveles de mortandad –de 500 a 800 por año– estos delfines podrían desaparecer de las costas argentinas en los próximos 30 años.