Centroamérica se consolida como centro de distribución de drogas hacia el norte del continente y Europa, informó este miércoles Naciones Unidas. Destacó que el istmo recibe parte de la cocaína por vía aérea desde la frontera entre Colombia y Venezuela.
«La región de Centroamérica y el Caribe sigue siendo un importante proveedor de cannabis y una ruta de tránsito de la cocaína destinada a América del Norte y Europa», dijo la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE), un organismo de la ONU, en su estudio relativo a 2015.
«Se sigue traficando cocaína desde la zona fronteriza entre Colombia y Venezuela a pistas de aterrizaje ubicadas en Centroamérica y el Caribe», agregó el texto, tras resaltar que esa zona está siendo golpeada por la violencia vinculada al narcotráfico.
En el mar Caribe, también «se continúan utilizando las rutas marítimas más consolidadas que atraviesan Haití y la República Dominicana», añadió. «Organizaciones ubicadas a lo largo de la costa caribeña de Panamá coordinan la recepción de lanchas rápidas de varias organizaciones de Colombia», recordó.
El organismo subrayó, además, que el occidente de África es otra de las zonas clave del mercado mundial de drogas, que ejerce de puente para los estupefacientes provenientes de Sudamérica con destino a Europa.
Marruecos, en particular, está modificando su rol en el panorama internacional del narcotráfico, con la disminución desde 2012 de la incautación de resina de cannabis y del aumento del traslado aéreo de cocaína. El informe de la JIFE destacó la importancia de los vuelos comerciales provenientes de Brasil hacia esa región africana para hacer llegar la droga a Europa.
En Colombia, que se mantiene como principal productor de hoja de coca, insumo de la cocaína, la JIFE resaltó el aumento del consumo interno y los problemas vinculados al tráfico a pequeña escala.
«Los problemas de consumo en zonas que han producido droga, terminan siendo siempre muy altos», dijo el miembro de la JIFE Francisco Thoumi, al presentar el estudio en Bogotá, y puso como ejemplo Pakistán, gran productor de amapola, base de la heroína, y donde «existen actualmente dos millones de adictos» a ese alcaloide.
Thoumi explicó que Colombia tiene cada vez más problemas para colocar la droga en el mercado internacional, especialmente afectado por una caída del 20% de la demanda de cocaína en Estados Unidos.
«Brasil es el segundo consumidor (de cocaína) por volumen, no por ingresos, porque los precios ahí son más bajos porque los brasileños no tienen suficiente ingreso para pagar un precio alto», agregó.
En 2014, el cultivo de hoja de coca aumentó 44% en Colombia. En Perú y Bolivia, los otros dos lugares donde crece la mata, las plantaciones se contrajeron, indicó la JIFE.