Se llaman «McChoco Potato» y son la promesa y última tentativa de McDonald’s para recuperar a su clientela en Japón, tras una serie de escándalos de higiene, entre ellos la aparición de un diente en un plato. «Oishii (¡delicioso!»), exclama Shigeaki Yamaguchi al probar esas papas recubiertas de crujiente chocolate, tras haber pagado 330 yenes (unos 2,20 dólares).
La multinacional de la comida rápida ha aumentado su número de clientes desde enero, su primer éxito desde hace tres años, reconocen sus responsables.
Shigeaki es un ejecutivo publicitario de 37 años y se dice satisfecho por la nueva línea de productos.
Un colega suyo, Yosuke Ota, también presente en el restaurante, sigue en cambio «con dudas desde los escándalos«.
«Sin duda, 2015 fue el año más difícil en nuestros 45 años de historia» en Japón, aseguró la presidenta de McDonald’s en ese país, la canadiense Sarah Casanova, que la semana pasada anunció pérdidas por valor de 34.700 millones de yenes, unos 270 millones de euros.
McDonald’s tuvo que reconocer en años recientes la presencia de carne en mal estado, o de trozos de plástico, o incluso de dientes en medio de la comida.
Para recuperar la confianza, la marca propone ahora más menús baratos («Otegoro Mac»), más ensaladas y sopas y productos locales (hamburguesa al queso de Hokkaido, McShakes con batata de Kagoshima).
«Las papas con chocolate son muy populares entre los consumidores japoneses» asegura Casanova, cuya empresa lanzó también un concurso con un premio de 11.000 euros.
Pero al mismo tiempo, McDonald’s Japón se ha visto obligado a cerrar numerosos restaurantes, de un total de 3.000 en todo el país.